Cada año, exactamente el día 15 de septiembre el pueblo mexicano ha estado de fiesta nacional, las calles, las casas y edificios públicos, así como las escuelas de las ciudades, pueblo y rancherías son adornadas, con esa actitud resalta el orgullo de ser mexicano, escuchamos música de mariachi y se conmueve el corazón buscando mostrar a los cuatro vientos la alegría que siempre le caracteriza a un pueblo oprimido, pero en pie de lucha.
En los últimos años hemos leído y escuchado campañas para no asistir a los eventos públicos organizados por las autoridades en clara rebelión de cómo nos están gobernando, en mi concepto hay justa razón, escuchar a alguien que su interés es personal y no colectivo no tiene sentido, es mejor estar en familia juntos a la luz de un buen tequila, con música de ambiente y degustando bocadillos mexicano que estar exponiéndose en las plazas públicas incómodamente y con el riesgo de vivir alguna pesadilla de esas que últimamente se están presentando.
Obvio, habrá quien desee acompañar el evento, tal vez no tanto por escuchar al gobernante sino andar disfrutando el día y la noche donde se dice es noche libre, tampoco está mal, si la sociedad se siente feliz pues adelante a disfrutar se ha dicho, pero si provoca peligro o se expone, entonces deben pensarlo.
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Existe debate de si hay o no algo que festejar, en mi concepto si existe una razón, debido a ese acto heroico, ahora tenemos un territorio muy extenso, diverso, variado, con un clima propio para cualquier ocasión, con regiones calurosas, templados, fríos y extremadamente fríos, tierra fértil donde se puede cosechar de todo, estamos rodeados de agua salada, con un sinnúmero de ríos y riachuelos, gente de toda clase, güeros, negros, mestizos, territorios étnicos, con muchas lenguas, con sus fiestas y tradiciones, para mantenerse alegres todo el año y teóricamente podemos decir que es el México nuestros heredado por nuestro abuelos que nos dieron patria. Me quedo corto en mi apreciación debido a la falta de conocer personalmente a mi país, pero con lo poco que he visto me he dado cuenta de todo ello.
Con todo y el estado en que nos encontramos, la apuesta es mantenerse de pie y no dejar pasar un momento para ser feliz, si este 15 de septiembre quieren festejar los 207 años de nuestra independencia háganlo aun cuando en realidad no seamos independientes, el asunto es aprovechar la ocasión, levantar la bandera muy en alto, que el festejo sea nuestro y si es con los amigos y familiares que mejor, por eso amigos y amigas ¡¡Viva México!!
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Lic. Inocencio Martínez Cortes |