Al ritmo de cumbia, enunciados como «Te va a rendir, te va a alcanzar; para que no gastes de más, para que puedas ahorrar; del bienestar disfrutarás», etc., fue inaugurado, en algunas alcaldías de la Ciudad de México, el nuevo producto/servicio gubernamental conocido como Gas Bienestar, mismo que promete vender gas Licuado de Petróleo (L.P.) a precios más bajos que los del mercado. Esto, después de que el presidente de la república afirmara que el alza en los costos de dicho producto era un abuso por parte de las empresas gaseras y no un efecto del mercado internacional del gas como aseguran la mayoría de expertos en la materia.
Primero, se impuso un tope de precios máximos a través de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), mismo que tendrá vigencia hasta el próximo 04 de septiembre. Después, se hizo el anuncio de la empresa estatal, en donde el mismo ejecutivo federal prometió que el precio sería el más bajo o de los más bajos del mercado. Esto último generó altísimas expectativas en los consumidores, pues actualmente se pagan cerca de los 500 pesos por cilindro en los hogares mexicanos, pero, resulta que no salió como el presidente lo había imaginado…
Al revelarse la lista de precios del nuevo Gas Bienestar, rápidamente se pudo constatar que no era el precio más bajo en el mercado, pues tan sólo en Iztapalapa, hay empresas privadas que ofrecen el gas en un 10 por ciento más barato que el estatal. En resumen, el Gas Bienestar cuesta 400 pesos por un cilindro de 20 kg y 600 pesos por uno de 30 kg, mientras que, en el mercado actual, hay empresas que venden hasta en 363 pesos el cilindro de 20 kg y 544 pesos el de 30 kg.
|
Ahora bien, muy pocos expertos confiaban en la promesa del presidente Obrador, pues era evidente que la operación matemático-financiera no cuadraba con un escenario real aplicable en el mercado mexicano del gas, sin embargo, sí se esperaba un precio más bajo que el que se expuso en la “mañanera”, pues se supone que el fin de todo esto era ayudar a las familias de escasos recursos a no prescindir de este valiosísimo e indispensable recurso.
En fin, es indispensable recordar que, si el gobierno puede bajar el costo de un servicio o producto, es gracias a los subsidios, que no es más que pagar el déficit (pérdidas) con dinero público, mismo que proviene de los impuestos de los contribuyentes, por lo que realmente no se está pagando menos, sino todo lo contrario. Por lo anterior es que suele ser preferible que los servicios y productos los provean empresas privadas, puesto que la rentabilidad y éxito de un negocio particular dependen forzosamente de una buena calidad, mientras que las empresas estatales pueden ofrecer un servicio de pésima calidad sin quebrar, pues las pérdidas las pagamos los contribuyentes…
Y tú, ¿Kime cuentas?
Sígueme en Twitter: @kimsebastian_
Facebook: @SebastianKimMx
Mándame un correo: kimecuentas@gmail.com |