Estoy de acuerdo, a pesar de que el hoy presidente de México abusó de este recurso durante muchos años en campaña con eventos muy trágicos como el caso de la Guardería ABC o el atentado de Ayotzinapa, ya que, sacar provecho electoral de este tipo de situaciones es una de las características más ruines y a la vez más comunes dentro de la clase política. No obstante, esto no significa que no haya responsables (que los hay) ni tampoco que no deba hacerse justicia por todas las familias que han sufrido debido al fatal suceso de esta semana.
Me refiero, por supuesto, al desplome de la Línea 12 del metro en la Ciudad de México, donde hasta el momento se han registrado 25 personas fallecidas y al menos 80 más heridas después de que una trabe (viga) se venció justo cuando el metro iba pasando. Según el arquitecto Axel Belfort esto no se trata de un accidente, sino de negligencia por parte de las administraciones locales de la capital del país desde la inauguración del proyecto hasta la fecha.
En resumen, el experto en la materia explica que durante muchísimo tiempo se descuidó dicha infraestructura, pues se omitieron varios “avisos” que el tramo afectado dio durante varios años. La falta de atención a grietas, fracturas y evidentes desgastes dieron como resultado la peor tragedia en la ciudad desde el terremoto del 2017.
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Los implicados son muchos, entre los que destacan: Marcelo Ebrard, promotor y ejecutor de la obra, así como el equipo de su gabinete encargado de desarrollarla; Miguel Ángel Mancera, inaugurador oficial del proyecto y encargado de su continuidad y mantenimiento; Carlos Slim, dueño de una de las principales empresas encargadas de la realización de la Línea Dorada; y por supuesto, Claudia Sheinbaum, actual jefa de gobierno de la Ciudad de México. Debe hacerse justicia, insisto, por el dolor que les causaron a las familias de los muertos y heridos.
Debo recalcar lo siguiente: lo primordial es que se perdieron vidas, lo que convierte este evento en un punto de reflexión para evitar que suceda algo similar, pero igual de importante es señalar que esto era prevenible, se pudo haber evitado, pero por negligencia por parte del gobierno, no fue así. Es bien sabido y está documentado que el proyecto de la Línea 12 se concluyó con deficiencias, irregularidades burocráticas y técnicas, a las prisas y con un fin más político que social.
Lo que nos deja la siguiente lección: confiar en que lo que hace el gobierno está bien hecho es un error, no hay como poner a competir a empresas privadas con base en el prestigio, la experiencia y los resultados para hacer una obra de infraestructura de buena calidad, más aún cuando se trata de una obra para el uso público. Reitero que concuerdo con el presidente López Obrador al exhortar a que no se politice con esta tragedia, desafortunadamente para él y su partido, esto se da en plena campaña electoral y los responsables pertenecen a su movimiento, por lo que, de una u otra forma, MORENA saldrá fuertemente manchado por esto de cara a los próximos comicios en el país.
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