Voz en Libertad.
Francisco Guisa Hernández.
 

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Más sobre la Revocación de Mandato
2022-01-18

Aún no se ha confirmado si la Consulta para la Revocación de Mandato realmente va a realizarse y ya ha dado demasiado de qué hablar, por un lado por el multicitado tema del presupuesto para su realización que el Congreso no autorizó al INE con el insostenible argumento de que con los recursos de su gasto ordinario podría hacerlo pues al parecer de la bancada morenista  en el Congreso, el Instituto gasta demasiado dinero cada año, sin analizar, entre otras cosas, que un gran porcentaje del presupuesto anual del INE se va en el  financiamiento a los partidos políticos de acuerdo con su presencia electoral, o sea un porcentaje proporcional de los votos recibidos en la elección federal inmediata anterior como lo marca la Ley, así como en el funcionamiento del Registro Nacional de Electores y sus oficinas por todo el territorio nacional, amén de la operación de oficinas centrales, incluidos los salarios de los Consejeros y las oficinas con que opera el Instituto por todo el país.


Todo lo relativo a este conflicto 4T vs. INE ya lo he comentado en anteriores entregas de “Voz en Libertad”, pero no solo es eso lo que es de analizar, pues pronto dejará de ser tema ya que el INE está tratando de resolver lo del presupuesto y acatar el Mandato Constitucional de realizar la Consulta acudiendo a la SCJN, además del establecimiento de un plan de ahorros y austeridad, basado en una reingeniería presupuestal que exige sacrificios acorde a la situación, implementando acciones  que le permitan cumplir con su obligación de convocar a la Consulta de referencia y organizarla, sino que también es un tema eminentemente político de especial interés para los partidos políticos, para el régimen, para la oposición y para todos nosotros, los ciudadanos en general pues representa la gran oportunidad de detener, a criterio de quienes amamos a México, la debacle en que el gobierno tiene al país, y para continuar con la “transformación” de la vida nacional, según los aplaudidores del régimen, los aliados y lame botas de AMLO.


Veamos, todo este tema se ha convertido en una razón más para incentivar el divisionismo que se ha venido dando entre los mexicanos desde la llegada de AMLO al poder, por lo que resulta incomprensible que aun haya personajes que, como Dante Delgado y Gilberto Lozano en su soberbia autosuficiencia crean que por sí solos pueden dar la batalla al régimen porque “les asiste la razón y el derecho” o simplemente porque todos los amamos y admiramos, sin observar que en la historia de la humanidad y de las ideas políticas ha quedado demostrado que “La unión hace la fuerza” y que los tiranos se alimentan y fortalecen en la máxima política del “divide y vencerás”; por lo que flaco favor le hacen a la causa que representa el bien superior de sacar al pésimo gobierno de AMLO del Palacio Nacional, cuando no solo enfilan sus baterías y descalificaciones contra la 4T sino también contra los demás opositores que en una lógica simple deberían ser aliados naturales en la lucha, bajo la premisa de que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”.


Lo anterior se entiende en alguien que como Gilberto Lozano es neófito y villa melón en política pero es incomprensible en un viejo zorro como Dante pues, conocedor del derrotero político en el mundo, sabe que antes que el hombre está el proyecto y esto debe reflejarse primero en la construcción, por consenso, de un modelo de nación al que todos aspiremos, es decir en definir cómo queremos que sean los próximos 30 años para México y cómo podremos lograrlo, siendo la única alternativa para ello la unidad de todos los mexicanos de bien.


Al respecto es de citar por enésima ocasión en esta columna, la experiencia de la transición española donde, habiéndose puesto de acuerdo todas las fuerzas políticas sobre el modelo de democracia al que aspiraban, lograron mantener a España en una estabilidad y crecimiento sostenido sin importar quienes ganaran la Presidencia, ya sean las izquierdas, la derecha o el centro, siempre y cuando respetaran el modelo acordado; estabilidad que les duró por un larguísimo período, que les valió el respaldo de la Unión Europea para integrarse como una nación poderosa en el concierto de las democracias más avanzadas del mundo, todo lo anterior mientras no resurgieran con fuerza las ideas retrógradas de extrema izquierda y de un nacionalismo absurdo que hoy los tienen al borde de la crisis, tal como está sucediendo en países tan sólidos en sus democracias y economías como Francia, Alemania y la mismísima Inglaterra; corriente que como una oleada de aguas podridas ha llegado a América por la vía de Cuba, Venezuela y Nicaragua, misma de la que México, siendo la economía más importante y una de las democracias más sólidas de Latinoamérica no ha podido librarse y ahora se encuentra también al borde del colapso.


Es por todo ello que, de acuerdo a mi humilde opinión, la Revocación no se trata solo de si AMLO debe concluir los 2 años y 9 meses que le faltarían para concluir su periodo, sino del futuro de la nación para los próximos 30 o 50 años, por lo que creo que como mexicanos deberíamos dejar de pensar en la mediocre aspiración de seguir siendo líderes y referentes para Centro y Sudamérica, o sea la de encabezar “la rebelión de los jodidos” y volver a creer que podemos volver a ser parte del primer mundo al que como norteamericanos pertenecemos y como en su momento hicieron los españoles en Europa, no voltear a ver hacia el sur, que habría significado atraer la pobreza y miseria de África; y nos creamos que, con dignidad, educación, inversión y crecimiento, respetando nuestra autonomía y soberanía nacionales,(que gringos y canadienses aprendan español y no nosotros el inglés) bien  podríamos en un breve tiempo recuperar el tiempo perdido (todo este sexenio de retroceso) para pasar a formar parte del bloque más desarrollado del mundo que sería nuestra integración con USA y Canadá. Y créanme que no son sueños irrealizables o guajiros pues íbamos por muy buen camino rumbo a esa meta hasta el 2018 cuando, desafortunadamente para el país, todo se detuvo abruptamente.  

 
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