¿Sabrá el Presidente que el pueblo judío ha sido uno de los más perseguidos en la historia de la humanidad y además que, particularmente durante el régimen Nazi encabezado por Adolfo Hitler, fueron exterminados por ese miserable demonio más de 6 millones de judíos alemanes y europeos? Y me pregunto también si ¿sabrá que los sacerdotes católicos y entre estos, muy particularmente los Jesuitas que ejercen su ministerio en la Sierra Tarahumara han hecho un voto de pobreza y humildad que siguen fielmente entregando muchas horas del día y algunos de ellos, como el padre “Pato”, toda su vida al servicio de los pobres y de los grupos más vulnerables y desprotegidos como son los integrantes de la etnia Rarámuri a quienes además de llevarles la palabra de Dios, los ayudan y protegen en sus Derechos Humanos?

Aparentemente no lo sabe porque de otra forma no se explica cómo el Presidente puede sostener que un miembro de la comunidad judía en México, como Carlos Alazraki, exhiba un pensamiento Hitleriano, pues ambas cosas, ser judío y ser pro Nazi, son incompatibles, y con ello exhibe una vez más su desconocimiento de la historia Universal Contemporánea así como de la realidad nacional.

Igual de absurdo es el desafortunado comentario de que los sacerdotes jesuitas están “apergollados” por la oligarquía pues asimismo el ministerio de los integrantes de la Compañía de Jesús y la oligarquía son incompatibles, pues históricamente los jesuitas se han rebelado contra cualquier tipo de dominación y abuso de los poderosos y esto los ha colocado siempre en el “ojo del Huracan” pues en no pocas ocasiones, precisamente es la oligarquía, los ricos de las regiones donde ejercen su ministerio, quienes los han señalado incluso como guerrilleros, por defender y ponerse del lado de los pobres.

Por todo ello, ante referencias tan descabelladas, es de analizar como un caso de psiquiatría, hasta donde puede llagar la obsesión autoritaria de un hombre como AMLO al atreverse a enfrentar a Instituciones tan sólidas como la Iglesia Católica y la Comunidad Judía, las que juntas representan a cerca de 100 millones de mexicanos.

Veamos, en su delirio de poder, AMLO ya había dado cuenta de sus desvaríos al ofender, denostar y calumniar a grandes sectores de la población como son: la clase media, los universitarios, los ambientalistas, los empresarios, las feministas, los artistas, los intelectuales, los padres de niños con cáncer, las madres solteras, los defensores de los DD.HH. y muchos más, confiado quizá en que son sectores “inermes” que difícilmente van a responder y a devolverle los golpes cuando son atacados en sus intereses y en su dignidad; pero tratándose de temas religiosos, es decir de la fe y devoción de los mexicanos por sus creencias y por sus guías espirituales, entonces la cosa cambia pues eso es tanto como “despertar al tigre” o “rascarle los tenates” al mismo, frases que tanto utilizó el mismo AMLO como argumento en sus bravuconadas cuando se hacía el mártir, amenzando con “levantar al pueblo” si no le “regalaban” la Presidencia cada vez que perdía una elección.

Esperemos que pronto se reestablezca la normalidad democrática en México y que quepa la prudencia en el régimen y en todos los mexicanos para evitar ver a la patria cada vez más dividida e incendiada. Y como dijera el mismísimo Jesús: Padre Nuestro…Líbranos de todo mal ¡AMEN!