Cuando los asuntos de interés y realmente relevantes se hacen a un lado para hablar solo de temas intrascendentes que en nada benefician al país, se hace muy difícil regresar la conversación a un cause institucional y propositivo, de verdadera utilidad para México.
Así, a quienes nos esforzarnos por hacer un análisis prudente de los acontecimientos y acciones que se generan desde el poder, nos aturden con tantos comentarios intrascendentes que dominan la discusión en los medios de comunicación, incluidas las redes sociales, que llega el momento en que realizar un análisis político sensato y coherente, basado en hechos contundentes, creando escenarios de prospectiva política seria, se nos hace ca<si imposible porque nos sentimos “fuera de lugar” al creer que no estamos hablando de lo que a la gente realmente le puede interesar.
Veamos, todos los días somos bombardeados con mensajes de odio desde la máxima tribuna nacional que son las “mañaneras”, y a cada injuria, amenaza, burla o traspié de AMLO contra sus “adversarios”, emitida desde su púlpito, sobreviene, como reacción, una cascada de memes, caricaturas, artículos de fondo y Tuits, revelando cada vez con más fuerza y falta de respeto aspectos de la enorme corrupción en que ha caído la 4T, llegando incluso al insulto y burla de los atributos, no solo intelectuales, sino hasta físicos de AMLO, sus familiares y allegados.
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En lo personal creo que no es buena idea de la oposición responder en el mismo tono las calumnias, las injurias y las amenazas pues es bien conocido hacia donde nos conduce esa forma de llevar el “diálogo nacional”, que significa conducirlo hacia la violencia, lo cual es peligroso para el país pues sabiendo que los mexicanos somos de sangre caliente es de esperar que la violencia verbal, tarde o temprano se convierta en violencia física y eso no es de personas civilizadas o de gente de bien pues deriva en ingobernabilidad.
Por supuesto no estoy proponiendo con esto que aquellos que se sientan agredidos y que están siendo calumniados, no deban aclarar hechos ni acontecimientos donde les conste que no son como se señala, pues como bien se dice “el que calla otorga”, incluso no significa tampoco que no deban acudir a los tribunales para exigir derecho de réplica o la disculpa pública pertinente que les desagravie, protegiendo su buen nombre y prestigio, pero contestar desde el ínfimo nivel al que el régimen ha llevado las cosas, no ayuda en nada a la reconciliación nacional a la que todos, al parecer, aspiramos.
En ese contexto es de observar lo inútil e intrascendente que resulta burlarse de AMLO por su comportamiento ante el Presidente Biden en su reciente visita y en la anterior, cuando observamos como, después de mostrarse envalentonado desde México, defendiendo a sus amigos dictadores latinoamericanos como Maduro, Ortega y Díaz Canel, y su airada defensa a Julian Assange, proclamando que si se le extradita y luego no se le libera, deberían desmantelar la estatua de la Libertad de NY, pues USA habría dejado de ser un país de libertades, para luego, una vez sentado ante BIden, “hacerse chiquito”, rompiendo el protocolo y la cortesía diplomática, hablando por media hora de trivialidades pero no de lo que tanto pregona desde Palacio Nacional, provocando el franco aburrimiento de su interlocutor, pues para los mexicanos no es importante si AMLO se viste o se sienta inadecuadamente, o si fue hospedado en un hotel y no en la residencia donde reciben en Washington a los Jefes de Estado, si Biden no salió a recibirlo a la puerta de la “Casa Blanca” como lo hizo Trump o si los 20 aplaudidores y porristas fuera del hotel donde lo hospedron eran empleados de la embajada convocados ahí por Esteban Moctezuma, etc. aunque, todo hay que decirlo, al respecto son de recordar las sabias palabras de Don Jesús Reyes Heroles cuando decía: “la forma es fondo”; pero para nosotros lo realmente trascendente es: ¿Qué resultados se obtuvieron con la visita?, y sobre eso, lo único que trascendió a los medios es que de su solicitud de más visas de trabajo para los mexicanos, AMLO solo obtuvo un lacónico: ¡AJA!…¡Ahí luego lo platicamos!; que nos va a costar 1500 MDD acondicionar los mecanismos que hagan más eficiente la contención de migrantes mexicanos y centroamericanos en nuestra frontera con USA, así como que seguiremos subsidiando con gasolina barata a los gringos que viven en los estados fronterizos, a costa de nuestros impuestos, esto es lo importante, y lo demás es lo de menos.
En conclusión, si AMLO hubiera traído buenas noticias y excelentes resultados de su visita a USA, no estaríamos hablando de las pifias, pésima educación y errores diplomáticos del Presidente, sino felicitándolo y agradeciendo sus patriota actitud y grandes resultados para el futuro de la patria y/o de los millones de hermanos mexicanos que han tenido que emigrar a los EE.UU. |