Voz en Libertad.
Francisco Guisa Hernández.
 

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¿con Dios o con el Diablo?
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Hoy en “Voz en Libertad” nos referiremos al acontecimiento  más que relevante que tuvo desarrollo este fin de semana, previo al inicio del campeonato Mundial de Futbol de Qatar,  que  fue la realización del evento denominado Conferencia Política de Acción Conservadora CPAC-México, los días 18 y 19 de noviembre pasados, importante reunión a la que tuve la oportunidad de asistir y que congregó a un sinnúmero de asistentes que compartimos sendos valores del cristianismo occidental que son los derechos fundamentales del hombre, tales como la protección de la vida desde el momento de la concepción, el derecho a la propiedad privada, a la libertad de expresión, al libre comercio, a la libre asociación, y muy puntualmente el derecho de profesar la religión con la que comulguemos y nos haga sentir cómodos, bajo el principio de un estado Laico entendido este como el de Libertad Religiosa que exige al Gobierno mantenerse  alejado de cualquier culto religioso, eliminando el concepto de Religión Oficial y que por lo tanto respete a todas por igual y no pueda prohibir la realización de los ritos inherentes a cada culto religioso existente en el país, así como el derecho de educar a nuestros hijos de acuerdo con estos valores, sin que el Estado pueda intervenir imponiéndole a nuestros hijos cómo deben pensar y actuar.


Al respecto es de comentar el gran escozor que causó la citada reunión en el Presidente AMLO y en sus seguidores ya que todos los valores anteriormente enlistados son precisamente los que junto con la democracia, y el INE, AMLO pretende eliminar de la vida política y social de México, topándose en cada uno de ellos con el férreo rechazo de la sociedad a esa pretensión, incluso de algunos de sus propios votantes y seguidores, pues no debemos olvidar que apenas hace una semana, el 13 de noviembre, la ciudadanía salió a las calles en 60 ciudades del país, en multitudinarias marchas de apoyo al INE, manifestándose cerca de 1 millón de personas en todo el país,  las que aunadas a la reunión de CPAC en comento hicieron “estallar” en rabia al Presidente profiriendo incontables calificativos llenos de odio e intolerancia, tal como acostumbra hacer cada vez que la sociedad no se pliega a sus ocurrencias y caprichos.


Al respecto es de comentar la enorme equivocación del presidente respecto a lo que representa el ser conservador, ya que nada tiene qué ver con hipocresía, racismo, clasismo, corrupción y violencia con que AMLO, ante la falta de conocimiento y argumentos, pretende calificar a sus adversarios.       


Por ello es de preguntar al pueblo de México que se asume mayoritariamente católico y sobre todo Guadalupano, si están dispuestos a permitir que en nuestro país sea eliminado Dios de nuestras vidas, aceptando principios totalmente alejados de la moral cristiana, como el aborto, la prohibición de poner “nacimientos” en lugares públicos en navidad, el sometimiento de jóvenes desorientados a la mutilación de sus cuerpos porque no se sienten a gusto con el género que Dios o la naturaleza les asignó, haciendo irreversible el procedimiento y cancelando la posibilidad de ”pensarlo mejor” más tarde, cuando hubieran madurado y cayeran en la cuenta de que se habían equivocado; a la cooptación de sus hijos por parte de la delincuencia organizada para insertarlos en el mundo de las drogas, corrompiéndolos para luego verlos en situación de calle convertidos en auténticas piltrafas humanas y/o muertos en vida, (zombies), deambulando por las calles mendingando para poder comprar la siguiente dosis de fentanilo, cemento o la droga que más temprano que tarde los matará o a sus hijas e hijos menores  caer en las redes de trata, prostitución y pornografía infantil.


En ese sentido es de reconocer que del hombre o mujer que no tiene ningún pudor en asesinar a su propio hijo en el vientre de la madre, no podríamos esperar que una vez nacido, (porque se le chispóteó o se rompió el preservativo), vayan a tener el cuidado de educar y proteger a los hijos “no deseados” con el consabido resultado de una juventud rebelde, depresiva y frustrada que termina recriminando a sus padres porque “el no pidió nacer” o suicidándose, y que por lo tanto no podríamos apelar a la compasión, al remordimiento, a la moral o al amor de estas personas que han aceptado que “el demonio” se apodere del país porque el hecho de apoyar todas estas aberraciones implica que carecen de estos valores y en consecuencia, la gente de bien, estamos predicando en el desierto, lo que no significa que, por tratarse de “casos perdidos”, debamos abandonarlos a su suerte dejando de insistir en su “redención”, ya que nuestros principios morales y religiosos así nos lo exigen para alcanzar un mundo mejor.


Respecto a todo esto, no podemos dejar de citar que toda esta pretensión absurda de “sacar a Dios de la ecuación” se inscribe en la agenda (20-30) globalista y socialista, importada desde la ONU, a la que el régimen de la 4T en México, junto con Lula de
Brasil, Maduro de Venezuela, Ortega de Nicaragua, Diaz Canel de Cuba, Boric de Chile, Alberto Fernández de Argentina, Pedro Castillo del Perú, Pedro Sánchez de España, Gustavo Petro de Colombia y hasta Joe Biden de USA, se han adherido, en lo que aparenta representar el fin del mundo libre conservador, y el triunfo del comunismo internacional; pero nada está más alejado de la verdad pues países como Hungría, Polonia, Suecia, Italia, Guatemala, Ecuador, Paraguay, El Salvador y otros más que han resistido los embates del socialismo del Siglo XXI, dan cuenta de que el capitalismo, el libre mercado y el mundo de las libertades está más vivo que nunca porque contrario a lo que sucede con el socialismo, ha demostrado que le brinda oportunidades a la gente pobre para salir de esa situación y entonces habría que insistir en la pregunta al pueblo de México ¿de qué lado quiere estar, del lado de Dios o del lado del Diablo?

 
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