Ante la inaudita ola de violencia que nos asfixia, imaginemos a la Xalapa tranquila de hace 50 años, cuando las familias paseaban por calles, parques y demás lugares públicos sin zozobra ni temor de sufrir robos, asaltos, levantones o ejecuciones.
Es impensable volver al pasado. Tampoco lo deseamos. Sí anhelamos recuperar la seguridad perdida. Algunas ciudades lo han logrado. Mérida, por ejemplo.
Allá los índices de violencia no son tan altos como aquí. ¿Cómo alcanzar la ciudad ideal?
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El programa de seguridad pública, que pondrá en marcha el ayuntamiento encabezado por Hipólito Rodríguez Herrero, es bastante ambicioso. Si funciona, obtendremos pingües resultados antes de concluir el cuatrienio.
Se propone una policía preventiva, vial, turística, femenil y de inteligencia, conformada por elementos jóvenes, perfectamente capacitados, entrenados y adiestrados hasta para brindar primeros auxilios.
Para que este proyecto sea exitoso se requiere una alianza entre autoridades y sociedad, que se involucren y participen todos los sectores.
Aspiramos a una ciudad donde los policías interactúen con la gente. Que se conozcan entre sí, que los guardianes del orden y ciudadanos se vean como aliados, que el policía no inspire miedo, sino confianza y respeto.
Una ciudad donde vecino y policía se conozcan y nadie tema salir de su casa y al regresar encontrarse con que fue violentada y saqueada por ladrones.
Esta titánica, noble y nada fantasiosa misión, ha sido encomendada a un experto en materia de seguridad, Julio César Sánchez Amaya, veracruzano, egresado de la UNAM, con estudios en el Ministerio de Defensa de Colombia. Ha sido asesor del panel de expertos del Comité Directivo de la Red Global de Ciudades Seguras ONU-Hábitat 2013, ocupado diversos cargos en el gobierno de la ciudad de México y obtenido condecoraciones (Wikipedia).
Policía, tránsito y vialidad regresarán a poder de la autoridad municipal. Si todos participamos en la medida de nuestras posibilidades, si las organizaciones civiles y no gubernamentales, cámaras empresariales, clubes, prestadores de servicios, intelectuales y habitantes en general aportan su grano de arena, si las autoridades se aplican y cumplen con su tarea, Xalapa será pionera y ejemplo a nivel nacional como ciudad segura.
Es factible. Falta que queramos y en vez de buscarle prietitos al arroz, de descalificar a priori o caer en desánimo o pesimismo, pongamos manos a la obra y exclamemos a voz en cuello: ¿Cómo puedo participar en esta gran cruzada para recuperar la seguridad de Xalapa? |