Los coordinadores estatales que suplirán a los delegados federales jugaran el papel de gobernador alterno, ellos manejaran mas del ochenta por ciento del presupuesto que reciben los podres ejecutivos en sus presupuestos locales, recursos que la federación les otorga y que los ejecutivos aplicaban en el momento político en que ellos consideraran prudente para beneficio de la ciudadanía y con la raja política que les caracterizaba.

Con tal estructura el centralismo se vivirá a todo vapor, no habrá peso alguno sin que traiga dedicatoria a satisfacción del altiplano, los gobernadores afines tal vez tengan chance de influir en ciertos rubros, los demás se tendrán que alinear o serán marginados.

Los más aclamados serán los coordinadores, los gobernadores serán invitados al corte de listón nada mas, desde lo alto se aprobara que si y que no, además de quienes pueden ser los mayormente beneficiados, tal parece que con tal medida el federalismo estará en aprietos al depender directamente del poder ejecutivo federal en la aplicación de los recursos estatales.

Será importante la actitud que tomaran aquellos gobernadores que no son del mismo color de camiseta que ostenta el poder ejecutivo, se sometan o pintaran su raya con dignidad para enfrentarse, engallarse y exigir respeto a la soberanía que legalmente gozan los estados.

El dialogo los pondrá a prueba para ver de que están hechos y exista armonía institucional, para vernos beneficiados todos los mexicanos, como en la cosa pública todo lo que se hace es con fin político y electorero, con un grado de inteligencia la sociedad podrá calificar lo que considera esta bien o está mal, y en próximas elecciones cobraría la factura a algunas de las partes en contienda.

Debemos seguir esperando las decisiones que se tomaran para el próximo sexenio, donde habrá un cambio radical en la estructura de gobierno, por vía legal o por la vía de los hechos, estaremos en el tubo de ensayo como conejillo de indias para ver como reaccionamos ante las medidas que se aplicaran y ver a ese México pícaro, que cuando se lo propone hace gala del albur, el chiste y el buen humor, hasta cuando se tiene que tomar las cosas en serio. ¿Qué  no?

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