Veracruz atraviesa hoy un periodo de transición que aún no comienza, pero que refleja ya en lo inmediato, una ausencia de acuerdo que permitan avanzar entre las grandes decisiones que se tienen que tomar en Veracruz. Para retomar la gobernabilidad del estado fallido en el que nos encontramos, con ausencia de gobierno y de resultados y con grandes problemas, tan graves como el de la seguridad, este flageló que ya rebasó el poder el estado. Y que pone al descubierto no solo la presencia de la grave corrupción que hay, sino también la impunidad, y el vacío del estado de derecho, que se ha violentado a los niveles más inaceptables que la sociedad pueda tolerar.

Un gobierno que ya se va, como el de Miguel Ángel Yunes Linares, que deja muchas expectativas, que se hicieron sobre su gobierno y que no se cumplieron, por lo cual le queda a deber a Veracruz. Que si bien es cierto recibió un estado colapsado, y en quiebra a la hora de gobernar, se entretuvo en las venganzas políticas, más que en gobernar y resolver los grandes conflictos. A consecuencia de ello el estado colapso, y está sumido en una grave crisis financiera, de descredito, de seguridad y corrupción que se asoma a todos los niveles del gobierno.

El nuevo gobierno de Cuitláhuac García tendrá el reto de lograr con lo poco que le dejen, resarcir el desastre financiero, el de seguridad y tratar de recuperar las instituciones, para ello debe de rodearse de gente experimentada, en Veracruz ya no hay espacio para las improvisaciones.

 No hay espacio para las practicas retrogradas, hoy se requiere mano firme, en resolver todas las demandas de la sociedad. Para ello es fundamental el acompañamiento de todos los órdenes de gobierno, que se trabaje dentro de la pluralidad, y en la suma de voluntades, para que se pueda avanzar.

De lo contrario será muy difícil. Es fundamental que el apoyo que el Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador le otorgue a Veracruz, que sea eficaz, y se implementen todos los rubros del gobierno, que hoy está en franca quiebre.

 Se comprende que el gobernador electo, emanado de las filas de Morena, del partido del presidente, tendrá la puerta abierta para la gestión, y la coadyuvancia del gobierno federal, para salir adelante, dadas las circunstancias por las que atraviesa el estado, y las dimensiones que ya son conocidas por el presidente Electo.

Sin duda alguna, todos los esfuerzos de la nueva administración de gobernador entrante Cuitláhuac García tendrán que estar enfocados a recuperar la seguridad y la paz social.

 A frenar los vergonzosos índices delictivos y criminales que avergüenzan a los veracruzanos y que aterrorizan a las masas. Los secuestros que no se frenan, las desapariciones forzadas que van en incremento, los crímenes impunes, y el acumulativo de muertos que aparecen por todos los municipios, ahora en fosas clandestinas, reflejan lo grave de la situación en materia de seguridad en Veracruz. Por eso preocupa que  haya voces que intentan distraer la atención  en pleitos estériles entre los futuros conductores de los destinos del estado. Hoy no es tiempo de campañas anticipadas, ni de mediciones de fuerzas, hoy es tiempo de gobernar con resultados y resolver los grandes problemas que tiene Veracruz.

 La causa y el eje rector de las nuevas políticas públicas que se implementen, deben de ser sin duda, las causas sociales, y debe de prevalecer la unidad entre todas las fuerzas. Sería inadmisible que hoy empiecen una lucha del poder, por el poder, cuando la trasformación y el cambio de gobierno aún no sucede.