Agregan como punto a su favor que acabó con bloqueos y tomas de calles, edificios y carreteras, empezando por los 400 Pueblos comandados por César del Ángel Fuentes, a quien mandó a prisión al igual que a varios colaboradores importantes de Javier Duarte de Ochoa.
En cambio, sus adversarios insisten en que decepcionó a los veracruzanos, no cumplió las expectativas ni compromisos de campaña, que continúan la corrupción y la inseguridad y que la prueba más contundente de que lo ha reprobado la sociedad es el voto mayoritario para que su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, no pudiera ser gobernador.
En las redes sociales lo han vapuleado casi desde los primeros meses de su gobierno. La prensa también lo ha criticado. Está enfrentado con el gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, y con el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
¿Cuál es entonces el futuro que le espera? ¿Qué calificación le concederán los veracruzanos? ¿De veras le reabrirán averiguaciones pendientes por parte de la Procuraduría General de la República o por la Fiscalía General del Estado luego de que sea obligado a renunciar y tal vez enjuiciado el actual fiscal, Jorge Winckler Ortiz? ¿O los enemigos de Yunes se quedarán con las ganas de verlo como prófugo de la justicia o en prisión?
Si la empresa de Roy Campos u otras no llevan a cabo encuestas para medir la popularidad o impopularidad del gobernador de Veracruz, hagamos un sondeo en Twitter o Facebook.
Por ejemplo: ¿Apruebas o repruebas el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares?
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