Siempre me he sentido orgulloso de ser veracruzano, pues además de su belleza natural, su cultura y sus tradiciones, Veracruz tiene el valor agregado de ser vital en la historia de nuestro país, teniendo así un peso político muy importante para la nación. Por lo mismo, esta tierra siempre ha sido foco de atención; todos quieren una parte del puerto jarocho. 

Lamentablemente, esto ha provocado que el estado sea peligroso para el ciudadano de a pie. Ya sea mediante la ley o por encima de ella, todos aquellos que presumen de contar con algún tipo de poder buscan la manera de abarcar el pedazo más grande del pastel.

El pasado martes pudimos presenciar un episodio más de la interminable lucha que sostienen el gobierno del Estado y la Fiscalía General de Veracruz. En esta ocasión, a través de una sesión tramposa y llena de ilegalidades, ocho diputados de MORENA aprobaron la ‘remoción temporal’ del fiscal general, Jorge Winckler Ortiz, con la excusa de que no cumplía con los requisitos constitucionales de estar debidamente “certificado y registrado” en el Sistema como Alto Mando en la Procuración de Justicia.

Antes de detallar porqué esto es ilegal, para qué lo hacen y porqué es peligroso, es necesario señalar algo importante. Todo esto se da en medio de la peor época de inseguridad en la entidad, donde asesinan bebés y queman bares llenos de gente. Y en vez de buscar y exigir mejores estrategias de seguridad para garantizar la tranquilidad de los veracruzanos, para los legisladores de MORENA es más importante cumplir caprichos políticos y proteger al gobernador del Estado con una ‘fiscal carnal’, como lo han hecho en las administraciones pasadas.

En fin, continuando con el análisis, ocho diputados de una cámara compuesta por cincuenta, no tienen la facultad para hacer dicha acción; desde ahí ya se viola el Estado de Derecho. Después, la “remoción temporal” no está tipificada en ninguna ley, es decir, no existe tal cosa. Mucho menos existe la figura jurídica de una “fiscal interina”, que es lo que presume ser la nombrada Verónica Hernández Giadáns, quien por cierto, también incurrió en un acto ilegal al tomar protesta de un cargo cuando aún estaba en funciones de otro, «usurpación de funciones» es el delito que cometió.

Luego, resulta que Winckler sí cuenta con la certificación con la que los diputados de MORENA justificaron su remoción. Además, el fiscal está amparado desde el pasado enero, donde se especifica que el mismo no puede ser removido de sus funciones, a excepción de algunos casos muy puntuales. Este no es ninguno de ellos, por supuesto.

Y para acabar de violar la Ley, mil policías tomaron las instalaciones de la Fiscalía, impidiendo el paso tanto a los diputados de oposición, como a cualquier ciudadano que quisiera ingresar a dicha institución. ¡Mil policías! Es aberrante que ante la terrible situación que atraviesa el estado, después de lo ocurrido en Minatitlán y en Coatzacoalcos, tengan el descaro de comprobar que si quisieran, podrían utilizar las fuerzas del orden para servir a los veracruzanos, pero no, al parecer están al servicio de una sola persona…

¿Para qué fue todo el ‘show’? Insisto, para cumplir el capricho político del gobernador del Estado y quitarle a un fiscal que sabe que le será incómodo de permanecer en el cargo. Recordemos que esa es la razón de que la institución sea autónoma, para que el encargado de esta no esté a merced del gobierno, sino que ayude al mismo a que se conduzca en el marco de la legalidad y evitar que se incumpla la Ley que el mandatario estatal juró cumplir y hacer cumplir. 

Ahora bien, ¿para qué tanta urgencia? Me da asco el solo pensar que lo que se decía en campaña fuera cierto; que le debieran un favor a Javier Duarte y que lo tengan que ayudar. Sería cinismo puro…

Y por último, esto es muy peligroso. Estamos hablando de que la Constitución se la están pasando por el arco del triunfo. Prácticamente estaríamos presenciando un golpe de Estado proveniente del mismo Estado. Saltándose cualquier ley que se les atraviese, ignorando y atropellando la democracia en Veracruz y en México. Y si se permite aquí, ¿qué les impediría replicarlo en otros estados?, o peor aún, a nivel federal… 

Me viene a la mente una frase célebre muy popular en nuestro país: «si le das más poder al poder…», si usted, amable lector, la conoce, sabe a qué me refiero con este análisis. ¿Lo vamos a permitir? 

Y tú, ¿Kime cuentas?

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