También, en nuestra entrega de ayer, nos referíamos a la capacidad que tiene México, sus autoridades, sus instituciones debidamente establecidas y finalmente, el apoyo de todos los mexicanos, para resolver los problemas internos, los que atañen solamente a los nacionales, evitando, de esta manera, que haya, como se han dado hechos en la historia de nuestro país, oportunidades para que los extranjeros manejen el destino propio de la nación y de sus habitantes.
No se puede permitir que haya un apoyo, como ellos le llaman, a nuestro país, como si los propios mexicanos, estuvieran incapacitados para actuar y poner fin a los problemas internos. Son momentos de crisis, es cierto, pero todo tiene solución y se puede obtener con la sola voluntad de las autoridades que nos gobiernan.
Soberanía, implica un concepto muy amplio, pero lo más importante de ella, es la capacidad de decisión propia, es decir, sin la intervención externa, sin tener que depender de otros poderes ajenos al país y menos que se quiera, por cualquier circunstancia, obligar a un país o a un Estado, a obedecer leyes que no son las suyas.
El planteamiento del Senado, podría convertirse en un riesgo del cual todos pudieran arrepentirse en el futuro. La historia de México, esta repleta de hechos y acciones por medio de las cuales se ha querido sujetar al país a la voluntad ajena y disponer de lo que se tiene dentro para beneficio exclusivo de otras naciones. En ese sentido, México, ha sido cuidadoso y ha rechazado cualquier intervención, aunque por este solo hecho se hayan tenido confrontaciones bélicas con otros gobiernos. Finalmente, México, es un Estado independiente, libre y soberano y regido por sus propias leyes y por sus propios gobiernos autorizados por el ejercicio democrático de ceder poder a quien se hace responsable de la conducción política, económica y social. El Senado, en este caso, debe pensarlo más de dos veces.
El ofrecimiento de los Estados Unidos, de apoyar a México, en la lucha contra el crimen organizado, puede ser, de alguna manera, una estrategia política que el mismo Presidente de los Estados Unidos, está ideando para recomponer, incluso, su propia posición frente a sus gobernados, allá, en el país del norte.
Donald Trump, está necesitado de un golpe político importante para su gobierno, pues de esta manera, podría distraer la atención de los legisladores norteamericanos que están trabajando en el proceso de un juicio político. Por eso, es aún más peligroso aceptar una propuesta de esta naturaleza, más cuando las condiciones políticas no son del todo buenas entre el gobierno de los Estados Unidos, y de México.
México, cuenta con instituciones, con fuerza suficiente para poder solucionar sus problemas. Solo falta que haya decisiones internas que así lo determinen, pues bien han expresado los propios integrantes del ejército, que ellos son fieles a la patria, aunque no sea de la misma manera con el Presidente, de quien no tienen, al parecer, plena garantía de respeto.
En fin, lo importante en este caso, es evitar, por todos los medios necesarios, que en un afán desesperado, se cometan errores que más tarde serían irreversibles, sobre todo, tratando con los Estados Unidos, que la propia historia de nuestro país, advierte.
Y es que los gobiernos extranjeros, como el de los Estados Unidos, ya tienen pleno conocimiento del caos que se vive en el país, lo que consideran tierra fértil para sus planes de intervencionismo. Saben del desastre en que se ha convertido este gobierno y saben, por lo tanto, del descontento que existe entre los sectores más importantes del país, sin descartar la propia desilusión, como ya lo hemos hecho patente en otras entregas, del propio ejército mexicano.
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Y LOS PARTIDOS POLITICOS.
¿SABEN PORQUÉ EL PRESIDENTE de la República, considera a los medios de comunicación, como sus verdaderos adversarios?
Pues, sencillamente, porque son ellos los únicos que han alzado la voz, a nombre de la sociedad, de todos los problemas que se han generado en este gobierno nacional y estatal.
No se ve ni se oye, por ejemplo, a los representantes de los diversos partidos políticos, los cuales no han dicho nada y han permanecido tranquilos, escondidos detrás de sus cortinas, cuando el pueblo, al que suelen decir que defienden, se debate entre la tristeza, las necesidades, la inseguridad, el golpeteo institucional del gobierno federal y estatal, las ofensas y el desaire, la pobreza y las pocas oportunidades de salir adelante.
No han dicho una sola palabra, aceptando, de hecho, todo lo que está sucediendo en México.
Los representantes de los partidos políticos y los que encabezan los sectores más importantes del país, quienes manejan los recursos económicos y los mismos empresarios, así como los que representan a la gente pensante de la clase alta y sobre todo de la media, tampoco han dicho nada y esto es lo más preocupante que se puede observar todos los días.
Algo raro está pasando en el país y pronto habrá de saberse, pues las reacciones primeras se estarán dando, como siempre ha sucedido en la historia política del país, en el seno de la propia clase media.
Por lo pronto, los medios de comunicación, ya se han adelantado. Hace falta solamente, quien los siga.
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POBRE VERACRUZ.
PARA CUALQUIER veracruzano, que se pueda consultar sobre las condiciones en que se encuentra la entidad veracruzana, opinará, sin mayor problema que Veracruz, es un verdadero caos.
Y es que no les faltará razón. Ninguno de los compromisos contraídos por la Cuarta transformación, se han cumplido y ya se aproxima el primer informe gubernamental.
¿Qué será lo que se piensa decir al pueblo?
Hay que recordar que ante el hastío de los veracruzanos, derivado de las acciones de otros gobiernos del pasado, Morena ganó las elecciones, prometiendo un cambio radical en el gobierno y sobre todo, en su administración.
No hay nada y de eso es testigo el propio pueblo, que ahora parece estar completamente desilusionado.
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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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