NORMALMENTE, un informe de gobierno, en Veracruz, genera expectación. Así ha sido cada vez que llega este momento, calificado más que otra cosa, como un acto político y no una mera obligación constitucional. Y es que en el pasado, no tan solo era un evento político, sino se convertía en una verdadera fiesta popular, pues era costumbre hacer traer desde todos los rumbos de la entidad, a diversos grupos sociales, representantes de cada municipio, para venir a la capital y rendir, de alguna manera, un tributo, en algunos casos merecido, al gobernantes en turno, lo que significaba una fuerte erogación para la propia administración estatal.
Con el tiempo, estos aconteceres políticos se vinieron haciendo más austeros y en la mayoría de los casos, sin tener la necesidad de hacer traer a un representante de la federación ni tampoco a cientos de invitados, cuando en realidad, de lo que se trataba era de dar a conocer al pueblo veracruzano, los avances que se tenían en todos los rubros de la administración y de paso señalar, porque no, algunos propósitos políticos, pues de lo menos que se interesaba al pueblo, eran los números que contenían los documentos en cuestión.
Ahora, hay cinco vertientes, por lo menos, que habría que señalar ante la cercanía del primer informe de gobierno, que según parece, se trata de volver, en medio de la austeridad republicana, a los tiempos pasados, aunque no con la misma dimensión por cuanto corresponde a las concentraciones políticas. Se tiene entendido, cuando menos hasta ahora, que el Gobernador del Estado, no acudirá al seno de la Legislatura local, para entregar su primer informe gubernamental. Se hablaba, de la conveniencia de que lo haga un representante, aunque de última hora ha trascendido que viene a esta capital, nada menos que la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, con la representación presidencial, lo que pudiera obligar, de alguna manera, a que el mandatario estatal acuda personalmente a entregar el documento informativo.
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Pero fuera de estas consideraciones, retomamos el asunto de las cinco vertientes, que señalamos anteriormente y que se refieren, la primera, a un informe político, es decir, los avances que se tuvieron en este primer año del ejercicio del poder constitucional, en esta materia, donde, la verdad, no hay nada que pudiera comentarse al respecto, porque la materia política, sencillamente no cuenta para los adoradores de la cuarta transformación. La otra es el aspecto económico, donde lo único que se sabe es que económicamente, el Estado se ha rezagado, de tal manera, que la paralización en este sentido, ha generado muchos problemas. Económicamente, Veracruz, ha perdido el rumbo y no se han dictado las acciones o medidas para procurar que la entidad, cuente con avances significativos que logren, al mismo tiempo, un evidente desarrollo en todos los sectores de la sociedad.
La tercera vertiente se podría encontrar en el aspecto social, donde la gente de Veracruz, principalmente, la que se encuentra abandonada o marginada, no ha tenido, en este año ninguna atención que se conozca, pero sobre todo, que se reconozca, lo que implica que los veracruzanos, lejos de tener la atención de un gobierno de cambio, es cada día más pobre, con menos oportunidades de salir del retroceso en que se encuentran y con menos posibilidades de alcanzar la reivindicación que merecen y que les ha sido ofrecida por largos años y por administraciones diferentes. Siguen, en cambio, siendo carne de cañón para los propios intereses políticos de los gobernantes en turno, como suele suceder en las famosas consultas donde se aprovecha de sus propias condiciones sociales y económicas.
Y la cuarta vertiente, es la cultural, aspecto que no se ha tomado en cuenta en este primer año de gobierno, perdiéndose los avances que se habían tenido desde tiempos inmemoriales, generándose, en contrario, un verdadero atraso de los grupos sociales de la entidad, precisamente, por carecer de la incentivación cultural haciendo que este pueblo se aleje cada día más de este marco que mucho tiene que ver con la superación, en todos los sentidos, de los grupos sociales de Veracruz. Nada de esto se ha cuidado y representa, sin duda alguna, un enorme riesgo hasta de la propia identificación nacional que va ligada con el aspecto cultural de la entidad.
Y que podemos decir de una quinta vertiente, que tiene que ver directamente con el dejar de hacer, en una administración seriamente comprometida con todos los veracruzanos, es decir, que a pesar de tener todos los elementos en la mano para poder actuar, no se hace y por lo tanto, el documento que se presenta está carente, sobre todo, de realizaciones, porque es claro, evidente, que en ninguna de las materias o vertientes que hemos señalado, se ha logrado concretar ni uno de los proyectos o programas diseñados para ejercer este gobierno, cuya contemplación ha sido, solamente, el éxito electoral de las pasadas elecciones, sin reaccionar que hay compromisos de por medio que no se han cumplido y que son parte de los aspectos medulares de una administración que se dice diferente a las que han pasado.
No se quisiera señalar, como se dice comúnmente, que cualquier pasado fue mejor, pero en este caso, casi obligan a la gente, a pensar de esta manera.
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LO MISMO AQUÍ, QUE ALLÁ.
HASTA HACE POCO en nuestras entregas más recientes, hacíamos referencia a la posibilidad de que el Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, hiciera ciertos cambios en el equipo de colaboradores, no como una distracción, por el informe de gobierno, que al parecer carece de un buen contenido, sino por la necesidad de que el propio mandatario, pudiera retomar el compromiso de lograr un buen gobierno a favor de todos y cada uno de los veracruzanos.
Pero no, se tiene entendido que ha mostrado su negativa a rodearse de mejores elementos y ha dicho que no habrá cambios en su gabinete, lo que implica que en este momento ahonde más la desconfianza del pueblo veracruzano, quien ha estado insistiendo en que hacen falta algunos cambios dentro de su administración, sobre todo, en áreas importantes de su gobierno y de su administración.
Pero sigue empeñado en no ejercer esta facultad que le otorga la propia constitución del Estado, creándose mayores especulaciones sobre su posible remoción después de que hayan transcurrido los dos años de su gestión.
Pero decimos que lo mismo acá, que allá, porque el mismo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho casi lo mismo, es decir, que hasta ahora no tiene contemplado ningún cambio, seguramente, porque está esperando que sean los propios funcionarios quienes le renuncien, porque de esto ya se tienen muchos casos en lo que va de su administración federal.
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SE VA O NO SE VA.
AUNQUE EL MAGISTRADO Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura, en Veracruz, Edel Álvarez Peña, ha recorrido, según se sabe, algunas de las áreas que integran el Poder Judicial del Estado, en algo que pudiera interpretarse como una despedida por la proximidad de la conclusión de su encargo, la mera verdad es que hasta este momento nada está decidido, es decir, que pudiera, en determinado momento, ser ratificado para un periodo más, pues todo se desenvuelve en el ámbito de este quehacer de la administración de la justicia, en completa calma, lo que significa que algo pudiera estarse cocinando en el sentido que hemos comentado.
Mientras tanto, al titular del Poder Judicial del Estado, le están quedando, solamente, unos veinte días al frente de esta responsabilidad, por lo que se espera que pronto haya la reunión del pleno y se decida por un nuevo Presidente, o que se le pueda otorgar un nuevo periodo al político y jurista del sur de la entidad.
Entrando el mes de diciembre, de este mismo año, pudiera haber humo blanco para esta decisión.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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