El próximo primero de diciembre será un día simbólico para México. Además de cumplirse un año de gestión del presidente López Obrador, existe una convocatoria para hacer una marcha en el país para mostrar inconformidad ante los resultados que ha entregado su gobierno, especialmente en materia económica y de seguridad.
Antes de continuar, aclaro que no me considero un activista. No obstante, entiendo y respeto las luchas que se hacen a través de este recurso.
Ahora bien, lo que me llama mucho la atención de esta convocatoria en particular es la participación de la familia LeBarón. Este apellido puede significar nada para algunos, pero para muchos representa la lucha constante contra el crimen y la violencia en México. Si algo ha caracterizado a esta familia es su activismo por la paz en el país, con el altísimo costo de convertirse en enemigos del crimen organizado.
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En múltiples medios de comunicación, los LeBarón ya han confirmado su intervención en esta marcha, lo que ha provocado que mucha gente se quiera sumar. Y es que antes de este anuncio la participación era poca, pues a pesar de que el reclamo que se propone es legítimo y por todos conocido, quienes lideran esta marcha son personajes que durante mucho tiempo han sido vistos como “villanos” en la historia del país.
Sin embargo, el ‘ingrediente LeBarón’ ha cambiado el sentido de esta marcha. Pierde toda connotación política y se vuelve un reclamo real. Estamos hablando de personas a quienes recientemente les mataron a sus hijos y sus nietas, esto es, cuatro niños de muy corta edad y dos bebés a sangre fría; algunos calcinados, otros acribillados con más de doscientos balazos en el cuerpo… Es desgarrador…
Yo sé, amables lectores, que ellos no son los únicos que han pasado por algo así. Lamentablemente, todo mexicano tiene una historia trágica que contar relacionada con la delincuencia, pues desde hace muchos años esto se ha ido normalizando. Cada vez es más común escuchar que encontraron fosas clandestinas con cientos de cuerpos de personas que llevaban muchos años desaparecidas; ver en las noticias que hubo enfrentamientos armados en alguna ciudad del país o incluso presenciarlos en carne propia, a plena luz del día y sin reparo alguno; o leer que asesinaron a niños inocentes mientras iban en un auto rumbo a su hogar… En fin, en este país, todos hemos vivido de cerca la violencia y la impunidad.
Es por esto que el ‘componente LeBarón’ le da un giro total al sentido de esta movilización. Se trata de quienes, en su momento, marcharon para exigirle lo mismo al gobierno de Felipe Calderón: paz en el país. Además, este reclamo está bien sustentado. Estamos hablando del sexenio con el registro más violento y con más homicidios dolosos en la historia del país… Hablamos de un gobierno que no ha sabido explicar la estrategia de seguridad que están implementando; de una administración que ha minimizado las tragedias que han ocurrido bajo su gestión y, por supuesto, de un gobierno que ha fallado categóricamente en la garantía de la tranquilidad y el orden público de la nación.
Por lo anterior, considero esta marcha como un llamado a la unidad. Un clamor de desesperación ante la situación que atraviesa el país. Porque podremos estar en desacuerdo en muchas cosas: ideologías políticas, modelos económicos o educativos, relaciones socio-culturales, etc., pero si no nos podemos poner de acuerdo en que la seguridad y tranquilidad de todos es un tema prioritario, entonces estamos perdidos… Si la exigencia de un mejor país, menos violento, menos inseguro y más productivo no logra unión entre nosotros, no sé qué podría lograr tal hazaña… Es lo único que nos queda, unirnos en la tragedia, solidarizarnos con el dolor de todos aquellos mexicanos a quienes de manera injusta les fue arrebatado todo. No lo perdamos…
Y tú, ¿Kime cuentas?
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