A LA VEZ que la pandemia del coronavirus le ha ayudado mucho al Presidente de la República, desviando la atención en otros asuntos prioritarios y preocupantes del país, también lo pone en un verdadero aprieto, porque se sabe que una de las grandes debilidades que ha mostrado es no gastar, es decir, retener, hasta donde sea posible, sacar de la bolsa del erario nacional, los recursos que le sirven a los gobernados para salir adelante y que por ahora tiene guardados bajo llave con la finalidad de tener con qué enfrentar los gastos de la próxima campaña política, tanto en las elecciones intermedias como en la presidencial, la cual, aunque falte tiempo, ya la está trabajando permanentemente.
Pues bien, resulta que ahora, ante la presencia de la crisis de salud, va a tener que echar mano, precisamente, de esos recursos que tiene guardados para utilizarlos en las prioridades que tienen y que tendrán, en poco tiempo, todos los mexicanos, ya que en estos momentos se ha mandado a guardar, en sus propias casas, a casi todos los trabajadores del país con la finalidad de no facilitar el contagio del virus. Para los efectos ya se están instrumentando las medidas más viables, en este caso, postergando pagos en calidad de impuestos a las empresas y contribuyentes menores que no podrán enfrentar tan fácilmente estos egresos, así como determinar otros mecanismos para apoyar a la población en general, ya que no se tiene, todavía, la información precisa y adecuada de cuanto durará esta situación.
Para poder retener en sus casas a la mayoría de mexicanos, se requiere, sobre todo, grandes cantidades de recursos que el gobierno tendría que disponer, ya que existen muchos sectores de la población que tienen necesidad de salir a buscar los alimentos de cada día, toda vez, que no tienen sueldo asegurado por ninguna institución, además de no poseer lo necesario para poder aguantar el paso de la crisis de salud, que como se ha comentado, no se sabe, con exactitud, cuál sea su duración. El problema para el Presidente, no es fácil de resolver, ya que ante este panorama, no le quedará más que mandar a volar la famosa austeridad republicana y disponer de los recursos que tiene para preservar la salud y la vida, en todo caso, de los más de ciento treinta millones de mexicanos, que se suman en la actualidad.
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Se sabe que ya se han diseñado algunos planes para este asunto, por lo que todo mundo espera que el Presidente, tome la más sabia decisión y que ésta beneficie al pueblo, dejando atrás todas esas manifestaciones de soberbia y que tome, de una buena vez, la verdadera conducción del país. Andrés Manuel López Obrador, estará, en estos momentos, ante el gran dilema de su vida, es decir, si optar por disponer de los recursos que se tienen guardados o seguirlos acumulando para sus intereses políticos. Sabe que de cualquier manera, se verán afectados sus proyectos, porque si bien toma la decisión de no apoyar las necesidades que tienen en estos momentos los mexicanos, entonces la reacción vendrá después, es decir, cuando se presente el momento adecuado y éste será precisamente cuando tengan lugar las elecciones, ya que los mexicanos, no le perdonarán que tome decisiones contrarias a las que ya se vienen previniendo en otras naciones para enfrentar el grave problema económico. Si toma la decisión de que su gobierno eche mano de los recursos que tiene, entonces, se vendrían abajo sus proyectos políticos, tal y como ya lo comentamos, pues depende, en gran parte, del dinero que tiene, desde ahora, disponible para tratar de mantener el poder que ahora sabe muy bien, también se le está yendo de las manos.
Ha tomado, en los recientes meses y dentro del primer año y casi cuatro meses de su gobierno, decisiones económicas que han perjudicado seriamente la economía nacional, después de que por capricho personal, decidió cancelar la construcción del aeropuerto de Texcoco, lo que le salió más caro por haber dispuesto de recursos del erario nacional, para pagar las indeminizaciones correspondientes a las empresas que habían invertido grandes cantidades de dinero. Pero no iremos más allá de todo lo que ya conocen los mexicanos, pues basta considerar los retos que el coronavirus ya le está imponiendo al propio mandatario, quien ahora, sí tendrá que hacer uso de su inteligencia, de su prudencia y hasta de su paciencia, para poder tomar la mejor decisión que en estos momentos, seguramente, ya le habrán planteado, también, sus colaboradores.
El temor de los funcionarios de su gobierno, principalmente, aquellos que tienen una responsabilidad directa frente a la pandemia del coronavirus, es que el mandatario nacional, tome otras decisiones que no se le han aconsejado, después de que durante el tiempo que lleva su gobierno, se han dado cuenta de la forma en que reacciona ante los problemas nacionales.
Para gran parte de los analistas políticos, ésta será pues, la disyuntiva más importante que tiene el Presidente. Con esta decisión que tome, podrá salvar a su gobierno o de plano, verá enterrados todos sus proyectos políticos que tiene para el futuro, enterrando definitivamente su cuarta transformación del país, aunque, finalmente, le sobren los recursos.
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OTRA PIFIA DEL GOBIERNO FEDERAL.
COMO SE SABE, una nueva calamidad se le viene encima al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, pues sus famosas consultas, que siguen practicando de forma amañada, dieron como resultado que en Mexicali, Baja California, se tomara la decisión por unos cuantos, de cancelar la construcción y consecuentemente, la operación de la Cervecera Constellation Brands, por implicar, supuestamente, serios problemas por la falta de agua en aquella región.
La consecuencia inmediata será que el Gobierno de la cuarta transformación, tendrá que desembolsar, en poco tiempo, una cantidad de dinero calculada en veinte mil millones de pesos, para poder resarcir a la empresa que hasta este momento ya había invertido, por lo menos, mil cuatrocientos millones de dólares, después de que ya había obtenido los permisos correspondientes en el sexenio pasado.
Con esa cantidad que el gobierno federal, tendrá que pagar, por amañar una consulta, serviría, sin duda alguna, para enfrentar en estos momentos los retos de la crisis que presenta el coronavirus y hasta sobraría para otros proyectos de beneficio social, pues nada más para que se entienda la magnitud del problema, algunos de los expertos en materia económica, aseguran que la cantidad de veinte mil millones de pesos, que irán a la basura y pagados por el pueblo mexicano, ante el capricho de un solo hombre, se podrían comprar hasta tres o cuatro aviones presidenciales, cuando el mismo Presidente, anda haciendo berrinches porque los gobiernos anteriores, gastaron en uno solo avión.
Lo anterior, es otra de las manifestaciones de venganza personal del Presidente, en contra de los gobiernos anteriores, cuando en realidad, a quienes está afectando es a los mexicanos, en general, quienes tendrán que pagar esta cantidad, mientras el mandatario nacional, se lavará las manos fácilmente.
Se pierden, con la suspensión de la Cervecera, miles de empleos que servirían para ocupar a miles de trabajadores de esa zona y darles la oportunidad de que solucionaran gran parte de su economía.
Pero además, en opinión de quienes saben estas cuestiones, también se verán afectadas las inversiones venideras, porque se están dando cuenta que en el actual gobierno, no hay seriedad y temen, entonces, al invertir en México. Así es como se retirarán los inversionistas ante la falta de formalidad de los acuerdos, toda vez que se considera que los gobiernos deben ser institucionales, independientemente de los problemas personales de un Presidente, y de su gobierno.
México, comenzará a derrumbarse pronto con estas decisiones y con estos caprichos presidenciales.
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PARA DESPUES DE LA CONTINGENCIA.
TANTO EL GOBIERNO federal, como en los Estados y Municipios del país, la siguiente preocupación será detener el desmedido incremento de la inseguridad, debido a las necesidades económicas que generará el paso de la crisis de salud.
Esta es la parte que hasta ahora no se ha considerado, toda vez, que hasta el mismo Ejército, con la aplicación del PLAN DN III, estará ocupado en los menesteres de apoyo a la ciudadanía por los efectos que está causando el Coronavirus. La misma Guardia Nacional, estará distraída en otros asuntos relacionados con la contingencia, y las demás policías no serán capaces, por sí solas, de enfrentar este posterior reto. Esto es lo que se advierte, por ahora.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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