AL ACERCARSE el proceso electoral del año que viene, es decir, en menos de un año, todas las cuestiones que atañen a la administración federal, estatal y hasta municipal, se centran, precisamente, en este importante hecho político, pues ahora todo lo que sucede o puede suceder, se relacionará directamente con este proceso electoral que se avecina.
Efectivamente, ahora más que nunca, los errores cometidos por los principales funcionarios del gobierno, ya sea federal, estatal o municipal, tendrán que ver con las posibilidades de triunfo electoral de los diversos partidos políticos, pero de manera especial con quien gobierna y su partido que los llevó al poder.
Por eso, se han comenzado a sumar todos los hechos equivocados del Presidente de la República, como un resumen del año y medio de gobierno, más lo que les falta de aquí al proceso electoral, que para entonces ya se estarán acercando a la mitad del sexenio presidencial. En este sentido, la presión es enorme para quien supuestamente gobierna el país, porque ahora, más que nunca, todo lo que diga y hasta las cosas que haga, podrán tomarse en su contra.
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Y es que el Presidente, siempre ha ido en contra de la corriente, no porque las circunstancias así lo indiquen, sino porque su forma de ser, que en cierta forma está influenciada por su rencor, su venganza política y su creencia de que es el salvador de la República, lo han llevado a cometer diversos errores que en esta primera evaluación que se haga frente al proceso electoral del año que viene, le harán, indudablemente, mucho daño.
Mucho ya se ha dicho en este sentido, ya que sus proyectos políticos están basados en un sistema político especial, que aún no está del todo definido, pues la cuarta transformación, por ejemplo, es algo que no tiene pies ni cabeza, que no es entendible por nadie y que se ha convertido, prácticamente, en un concepto meramente político, es decir, que no tiene sustento y que su realización se ha convertido en una mera falacia.
En pocas palabras, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se ha hecho bolas en estos primeros meses de administración y no se han cumplido ninguna de las principales demandas del pueblo mexicano, que consisten, esencialmente, en la mejora económica, en la superación familiar, en la reducción de la pobreza, la desaparición de la corrupción y principalmente, en la seguridad de todos los mexicanos, que cada día, se vuelve más peligrosa y que ha puesto en serios aprietos a la propia gobernanza del país.
Todo esto que aquí apuntamos, más todo lo que se le pueda añadir, que indudablemente es mayor, incidirá, necesariamente, en las elecciones venideras, porque será, de alguna manera, el momento del cobro de las primeras facturas, pues hay que recordar y el mismo Presidente, lo sabe, el pueblo mexicano, se sabe cobrar bastante bien de todas las que le hacen, a través de las elecciones. El Presidente López Obrador, llegó a Palacio Nacional, en gran parte por el hastío que los gobiernos anteriores habían generado entre la población mexicana. No todos los votos que se le dieron al Presidente, en aquella memorable elección del primero de julio del año dos mil dieciocho, fueron depositados precisamente por su atracción popular, sino también por la colaboración de todos los principales protagonistas de los gobiernos anteriores, quienes con sus excesos, le procuraron una buena parte de estos sufragios.
¿Pero qué pasará ahora que los gobiernos anteriores ya no participarán en las futuras contiendas electorales?, pues que López Obrador, así como todos sus seguidores tendrán que rascarse con sus propias uñas y ahí está lo que tanto se ha venido diciendo en el sentido de que si López Obrador, demostrará que tiene bastante popularidad como para sostener su gobierno en la primera prueba que le hará el pueblo en las elecciones que vienen y después en lo que podría ser el proceso de revocación de mandato, donde difícilmente, por lo que ahora se observa, podrá superarlo, pues si acaso tendrá los votos suficientes para seguir gobernando, pero ya no con el respaldo que ahora se supone que tiene, lo que también ha servido para que se comporte de manera soberbia y prepotente.
Sin duda alguna y aquí lo volvemos a considerar, la forma de ser del Presidente, de todos los errores cometidos en este primer tiempo de su gobierno, de su fanatismo político y proyectos que no tienen sustento alguno, lo llevarán, casi seguro, a una primera derrota política en las elecciones del año que viene. Aún contra todos los comentarios políticos que se han venido haciendo y hasta la ciega creencia de muchos más de que Morena, seguirá teniendo mayoría en el Congreso, estará en discusión, pues se piensa que no tendrá esta mayoría que el Presidente, tiene y que seguirá requiriendo en el futuro, ni tampoco ganará la mayoría de las quince gubernaturas que estarán en el juego político, pues es precisamente en el interior de la República, donde menos aceptación tiene el mandatario nacional, porque es ahí donde se ha sentido más que nunca la falta de acción de un Presidente.
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LO QUE SE VE EN EL FUTURO.
ESTAS SON, POR AHORA, las primeras apreciaciones que se tienen respecto de las próximas elecciones gubernamentales, es decir, los números que se manejan respecto a los triunfos electorales que tendrán los partidos políticos y de las posiciones políticas que tendrán ganadas. Esto que ahora se dice, seguramente que tendrán sus respectivos cambios, pero es algo que ahora se opina y que la gente lo dice abiertamente.
Se pronostican, según las versiones de la propia ciudadanía, que el PRI, volverá a tener grandes triunfos, es decir, que se podría adjudicar por lo menos siete gubernaturas. El PAN, tendría, se dice, cuatro más de estas posiciones importantes en los estados de la República. Movimiento Ciudadano, podría alcanzar dos gubernaturas y dos más en la alianza que integraría Morena, y sus aliados.
En el caso del PRI, podrían ser hasta seis, en virtud de que aún no se define la situación de Veracruz, donde un partido de reciente creación, estaría adjudicándose por primera ocasión, el triunfo electoral, siempre y cuando lleve como candidato a un hombre probado por su calidad política. Veracruz, que siempre ha sido priista, ahora este corazón político podría dividirse.
En el caso de Morena, una de las gubernaturas que estaría disputando sería precisamente Veracruz, siempre y cuando Ricardo Ahued Bardahuill, fuera el candidato, porque fuera de esta consideración, tanto el PRI, como el partido “Podemos”, estarían en la pelea por esta posición, sin olvidar que el PAN, estaría dependiendo de la aceptación de su propio candidato. No hay que olvidar que ahora más que nunca, serán los candidatos y no los partidos, quienes ganarán las elecciones.
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LAS ALCALDÍAS DEL FUTURO.
DE LAS DOSCIENTAS doce alcaldías de Veracruz, en las próximas elecciones, podrían quedar, en su mayoría, en las manos de dos partidos políticos. Estas serían para el PRI y el PAN, MORENA en tercer lugar con algunas de estas posiciones políticas y el resto para los partidos políticos de reciente creación, es decir, Unidad Ciudadana, Podemos y Todos por Veracruz.
Aunque en Veracruz, el comportamiento electoral, es aún desconocido, lo que se puede asegurar es que Morena, como ya lo hemos señalado, se irá al tercer lugar de las preferencias electorales, ocupando el primer y segundo lugar, el PRI y el PAN, respectivamente.
Se insiste, esto no es definitivo, de ninguna manera, porque la referencia que se hace es por lo que ahora se tiene en el panorama político, tanto en versiones de la gente como en los análisis políticos que se vienen vertiendo.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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