APARTE, MUY APARTE de la mayor calamidad pública que México, esta padeciendo, con los gobiernos emanados del partido Morena, cuyo Presidente, aún no le cae el veinte de que la pandemia del coronavirus, no es precisamente, un anillo que le haya caído al dedo, sino todo lo contrario, se suman otras condiciones como la crisis económica, la inseguridad, el desempleo, la pobreza y la falta de crecimiento por la suspensión de inversiones generada por las ocurrencias presidenciales y las ofensas que a diario se dirigen a todos los sectores de la sociedad.

Pero eso no es todo, sino que también la propia naturaleza pone en jaque al improvisado gobierno, con un sismo de grandes proporciones, aunque, favorablemente, con pocas consecuencias humanas y materiales. Lluvias torrenciales en algunos Estados de la República, que han causado estragos y han puesto a prueba, una vez más, la organización del gobierno y sus dependencias, para entrar en acción, ayudando a la población que ha sido impactada.

A lo anterior, hay que considerar, de la misma manera, el polvo que vuela desde el desierto del Sahara, para invadir los espacios de la nación mexicana, con ciertas consecuencias de salud, de contaminación ambiental y de serio peligro para los campos del país.

Todo esto, dentro del mismo panorama de la crisis sanitaria que día con día crece en todos los rincones del territorio nacional, sin que haya autoridad alguna que ponga sus mejores esfuerzos para detenerla, a no ser que mantengan las recomendaciones de siempre y en todo caso, al no haber nada qué hacer, optar por salir a la calle y darse los abrazos que sean necesarios como último recurso que ha manejado el mismo mandatario nacional, ante el fracaso de su gobierno frente al virus que lo ha vencido por completo.

Pero dice la gente y quizá con mucha razón, que la pesadilla más grandes que en estos momentos pudiera estar soportando el país, es su propio gobernante que no sabe nada y que sigue montado en caprichos y necedades, llevando a la nación a un precipicio sin fin. El pueblo demanda que todos los proyectos que se tienen y que no son esenciales en este momento, se cancelen así como hizo en el caso del nuevo aeropuerto de la ciudad de México, cuyos avances significaron enormes cantidades de dinero que se fue a la basura. Le exigen al Presidente, que posponga, en todo caso, el famoso Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, la aplicación de grandes recursos económicos a Petróleos Mexicanos, que ya resulta ser un verdadero barril sin fondo, así como otras inversiones, sobre todo, en materia política, donde parece estar el principal meollo del asunto.

Ya van cerca de veinticinco mil muertos por Covid 19, y el Presidente, sigue pensando que aquí no pasa nada. Burlas oficiales y descalificaciones permanentes, han puesto en alerta al pueblo mexicano, por lo que ya se anuncia nuevo movimiento en contra del gobierno y en especial contra López Obrador, para el próximo sábado. Ya quiere la gente que se vaya de una buena vez y que deje a alguien que pueda enfrentar el mayor reto que haya tenido cualquier administración pública.

Conforme pasan los tiempos, el país se va desvaneciendo, al grado de que hace apenas cuatro o seis meses, se contaban en México, por lo menos sesenta millones de pobres, siendo que en este momento ya se habla de por lo menos cien millones de los ciento treinta que existen, aproximadamente, que han caído en la categoría de pobreza, con grandes dificultades para poder vivir dignamente o cuando menos tener para poder alimentar a las respectivas familias.

México, ya es una desgracia y al Presidente, ni le va ni le viene, pues su interés y ambición están puestos en el poder que mantiene y que busca seguir poseyendo en los próximos años, aunque según los más recientes análisis políticos, no aguantará en poco tiempo, ni la más pequeña evaluación ciudadana.

Hay desconfianza interior y exterior, en el gobierno actual. México, ya es considerado un Estado de calamidades públicas, que poco a poco lo han ido minando. Funcionarios corruptos que se han ido acomodando al cambio y a la famosa cuarta transformación, amparados bajo el manto de un hombre que ha engañado y ha traicionado la plena confianza que el pueblo le dio.

Pero nada es por siempre y habrá, sin duda, la oportunidad para que México, sea liberado una vez más, con nuevos movimientos de independencia y libertad, porque nadie, ni siquiera un grupúsculo como el que ahora gobierna, habrá de mantenerlo eternamente en la opresión.

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PELIGRO CONSTANTE EN EL GABINETE.

MIENTRAS EL PRESIDENTE no se cuida y hace creer a la gente que tiene poderes divinos y que por lo tanto se le debe considerar como el nuevo Mesías, que viene a salvar a su pueblo, muchos de los integrantes de su equipo de colaboradores, ya han sido contagiados, sorpresivamente, por el mal del coronavirus.

Ya van varios funcionarios de primera línea que se han tenido que guardar en sus casas y atenderse inmediatamente, ante la amenaza de que puedan sucumbir a la enfermedad. El más recientes, se informa apenas hace unas horas, todo parece indicar que ha llegado hasta el propio Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, quien ya se ha contagiado del mal, siendo uno de los principales hombres del Presidente, que por sus funciones debiera estar protegido, pero como el Jefe, no lo hace y pone el mal ejemplo, también sus cercanos colaboradores, se han sentido como los santos que rodean al nuevo salvador de este mundo y de México, principalmente.

Esto demuestra, una vez más, que el Covid 19, no respeta ni a pobres ni a ricos, ni a personas cercanas al Mesías, porque la pandemia no discrimina a nadie, incluso a los mismos integrantes de la cúpula presidencial.

Así se ha informado en las más recientes horas y se ha determinado, al mismo tiempo que el funcionario se ponga en aislamiento para no generar mayores contagios entre la gente que está a su servicio en la dependencia más importante de la administración federal.

A ver si así entiende el Presidente, que esta enfermedad no es un juego, que no es algo que deba soslayarse, ni tampoco retarse, tal y como lo ha venido haciendo en sus giras proselitistas por varias partes del territorio nacional.

A ver si así entiende el mandatario, que el coronavirus, no es un anillo que haya caído al dedo, ni tampoco tiempos de besos y abrazos, sino de intensos cuidados para no seguirle prestando el juego a esta calamidad pública de la salud.

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EL MAL GOBIERNO.

ANTE LA EVIDENCIA de un mal gobierno, que ya puso en aprietos a todos los mexicanos, por igual, se sigue teniendo noticia de que no decae el fanatismo político que sigue creyendo que López Obrador, es, en verdad, el cambio que México necesitaba.

Hay quienes, todavía, defienden a capa y espada, el proceder del mandatario nacional, aún cuando están viviendo ellos mismos las funestas consecuencias de una equivocación política electoral.

La buena noticia es que ya no son todos, que muchos se dan por convencidos de que se han equivocado y han ofrecido sus buenos oficios para poder terminar con esta verdadera calamidad política del gobierno.

Los partidos políticos de oposición, tienen la obligación de llevar adelante los proyectos políticos que sean necesarios para buscar que tarde o temprano, haya una nueva ruta política del país. México, la necesita en estos momentos de grandes fracasos y de lamentables consecuencias, así como de las amenazas futuras que tienden a terminar con las instituciones que mucho ha constado construir en los más recientes años.

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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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