METER a la cárcel a cuando menos dos ex Presidentes de la República, que en este caso sería Felipe Calderón Hinojosa y el más reciente Enrique Peña Nieto, es parte, supuestamente, de la venganza política que trae atravesada el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, pero no se anima a hacerlo de mutuo propio y por eso ahora ha vuelto nuevamente con su estrategia política de echarle esta responsabilidad al mismo pueblo mexicano, a través de la famosa consulta pública, cuya practica no resulta justa, aunque la pueda contener la propia Constitución General de la República.
No es cierto, para nada, que el actual mandatario de la nación, se encuentre ajeno al propósito vengativo, pues se trata de un sentimiento, por llamarlo de esta manera, que ha venido acumulando desde hace mucho tiempo, en contra de la clase política que no lo dejó ser Presidente, cuando él mismo lo deseaba. Lo peor del caso y así se ha señalado en diversas ocasiones, es que este problema mental que normalmente no es propio de un verdadero político, lo ha trasladado al pueblo mexicano, creyendo, además, que fueron éstos los culpables de que en anteriores elecciones no le hubieran dado la oportunidad.
Sin embargo, después de su triunfo electoral del primero de julio del año dos mil dieciocho, bien ha aprovechado su nueva situación política, para hacer lo que le viene en gana, siempre pretextando que sus treinta millones de seguidores se lo permiten, por lo que hizo uso de consultas amañadas para justificar muchos actos administrativos que hoy en día siguen siendo para él un verdadero dolor de cabeza, independientemente de las consecuencias políticas que le puedan acarrear a futuro.
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Pero bien, juzgar a los ex Presidentes de la República, se está volviendo otra más de sus pretensiones con al afán de respaldar, definitivamente, sus proyectos políticos que tiene para el futuro de México, comenzando por las elecciones del próximo año, donde buscará, por todos los medios, asegurarse de que exista, nuevamente, una gran mayoría de su partido en el Congreso, para seguir realizando actos, incluso, fuera de la ley, con el aval, sin duda, de la mayoría de legisladores de su propia organización política.
Pero, desde luego, el Presidente de la República, tiene que echar mano de todo lo que tenga a su favor, sabiendo de antemano que las nuevas circunstancias políticas del país, ya lo están ahorcando, al grado de que ya no menciona tanto el hecho de tener el respaldo político de sus treinta millones de seguidores, en virtud de que esta cifra, si alguna vez la tuvo verdaderamente, ya bajo considerablemente, tanto que ahora las nuevas percepciones que se tienen sobre este asunto es que apenas si alcanza la mitad de lo que tanto ha presumido.
Así las cosas, Andrés Manuel López Obrador, requiere subir sus bonos, su imagen y sus propios alcances políticos, con algunas acciones políticas de gran relevancia, pues aunque en este momento es el caso Lozoya, lo que mantiene ocupada a la opinión pública, bien sabe el mandatario que esto no es suficiente y que necesita un golpe político más severo, como meter a la cárcel a uno o dos de los ex Presidentes de México, lo que puede ser altamente peligroso para sus pretensiones políticas.
Quiere usar, otra vez, a los gobernados, para que lo ayuden en este propósito y dice que si el pueblo lo quiere, se juzgará a los ex Presidentes, por lo que todo mundo se pregunta ¿ dónde queda, pues, la justicia en México, que el Presidente, quiere que el pueblo mexicano, tal vez, a mano alzada, diga que si se procede llevar ante el banquillo de los acusados, a quienes, en su tiempo, le antecedieron?.
Vaya, qué manera de jugar con el pueblo y qué manera de jugar con la justicia en nuestro país, porque, sencillamente, si hay elementos suficientes para castigar a los ex Presidentes, pues sencillamente que la Fiscalía General de la República, los lleve directamente ante el juez que corresponda, porque además, es su directa responsabilidad.
Lo que quiere el Presidente, es romper con el pacto de impunidad, que de alguna manera existe y siempre ha existido entre los Presidentes de la República. Sabe el Presidente de la República, que si lo hace directamente, sería faltar a ese compromiso entre hombres, que de alguna manera queda formulado con un apretón de manos como sucedió entre el Presidente saliente y quien había ganado ampliamente las elecciones.
No se vale, pues, que ahora el Presidente, quiera echarle la bolita al pueblo para no ser él quien aparezca como un traidor al sagrado compromiso formulado entre hombres. No es de políticos, quien no sabe tragar sapos.
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LA CUARTA TRANSFORMACION, ACORRALADA.
A NIVEL NACIONAL COMO en la mayoría de los Estados de la República, gobernador por Morena, se han conocido varios actos de corrupción desde el inicio de sus respectivas administraciones, lo que no concuerda, desde luego, con los principios fundamentales de este nuevo gobierno que anunció el cambio y que a la fecha no ha logrado concretar.
El rumbo en estos propósitos del cambio, se comenzó a perder desde los primeros meses de gobierno. En Veracruz, todavía se recuerda aquellas compras de patrullas a precios elevados y la renta de algunas unidades más que resultaron actos incongruentes con lo que se pretende en la nueva administración federal y estatal.
Esto ha generado, desde hace meses también, que la popularidad del Presidente, y su proyecto político denominado Cuarta Transformación, vayan perdiendo, paulatinamente, la confianza del pueblo mexicano, pues diariamente la aprobación se va quedando atrás, de tal manera, que el Presidente, el único que sostiene a Morena, con su popularidad, va perdiendo puntos sin que todavía se vea que toca fondo.
Para colmo de males, ahora resulta que el Gobernador de Puebla, también fue de los beneficiados en aquella ocasión en que untó la mano de algunos legisladores, buscando la aprobación de la reforma energética.
Así es, Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, actual Gobernador de Morena, en el Estado de Puebla, ya salió a la luz, como uno de los hombres del Presidente, que al igual que Manuel Bartlet Díaz, cayeron estrepitosamente en el ámbito de la corrupción, con lo que asesta un duro golpe al Presidente, su protector, en tiempos propiamente electorales.
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MARLON, DESDE EL PRI, EN APOYO A FAMILIAS.
Y EN OTRO ASUNTO, desde luego, importante para Veracruz, donde la política se vuelve solidaria con las necesidades de los veracruzanos, el partido Revolucionario Institucional, ha logrado firmar algunos acuerdos con importantes laboratorios de la entidad, para que se pueda acceder a pruebas para detectar el coronavirus, a precios considerables, es decir, que las personas puedan tener descuentos que les permitan hacerse esta detección de la enfermedad y poder atenderse en tiempo y forma, propiamente.
Esta es una buena oportunidad, para quienes tengan necesidad de ello, de poder acudir a estos laboratorios que el PRI, ha gestionado para apoyar a las familias veracruzanas, donde los precios serán muy por abajo de los establecidos.
Estas acciones, dice Marlon Ramírez Marín, dirigente del PRI estatal, se llevan a cabo ante el grave problema de la crisis económica de Veracruz, y ante el panorama desolador que presenta la crisis sanitaria.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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