ANTE el escenario de la próxima contienda electoral, Morena, el partido en el poder, no ha logrado conjuntarse y las ambiciones de poder la están llevando a una peligrosa división de su militancia y escasa estructura política.
Con el asunto de la renovación de los cuadros directivos, a nivel nacional, este partido ha venido evidenciando que no tiene capacidad política para poder resolver una contienda interna relacionada con su dirigencia, lo que pone en duda, desde luego, que pueda nuevamente mantener el liderazgo político en el congreso federal y en los estatales, precisamente por la falta de consensos entre sus principales protagonistas.
Desde que comenzó este conflicto interno de Morena, aquí habíamos señalado que el principal dirigente moral, como es el caso del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se había mantenido al margen y no parecía que pudiera intervenir en el problema de su partido, porque más bien estaba ocupado en los menesteres propios de la Presidencia, pero resulta que de pronto se dio cuenta que los enanos estaban creciendo demasiado y que entorpecían sus proyectos políticos.
Así fue como decidió mandar a ala batalla a Porfirio Muñoz Ledo, supuestamente, en principio, para calmar las cosas y que se pudiera llegar a un acuerdo político entre las partes. Sin embargo, cuentan los analistas políticos, que más bien lo que hace el Presidente, por ahora, es sacar de la jugada a su hermano del alma, el Secretario de Relaciones Exteriores, para que no siga haciendo ruido, pues en determinado momento podría convertirse en el aspirante a sucederlo en la Presidencia, teniendo en la dirigencia nacional a Mario Delgado, al parecer, uno de los incondicionales políticos que buscan respaldar precisamente a Marcelo Ebrard Casaubón. Eso no estaría mal en estos momentos, pero existe un pero del cual pocos están tomando en cuenta, es decir, que el propio Presidente de la República, está buscando la forma de convertirse nuevamente en candidato a la Presidencia, para cuando su periodo de gobierno esté por terminar.
Por el momento la Constitución General de la República, no se lo permite, pero para eso quiere ganar nuevamente la mayoría en el Congreso, con la finalidad de tener los suficientes votos para reformar, en el momento oportuno, a la ley general del país, para darle la oportunidad de seguir siendo el mandamás de esta nación. Todo está encaminado hacia esta posibilidad, por lo que ni siquiera a uno de sus más allegados colaboradores, como es el caso del propio Secretario de Relaciones Exteriores, ha dejado pasar y ahora que ve un posible cambio en la dirigencia nacional de su partido, ha decidido, a cómo dé lugar, detener a Mario Delgado, pues sabe bien que este sería el primer obstáculo para sus propósitos políticos.
La lucha encarnizada que en estos momentos se está llevando a cabo en el seno de Morena, ha provocado esta división y se está obligando a muchos de los legisladores de este partido, a que pidan a Mario Delgado, que decline a favor de Porfirio Muñoz Ledo, una petición que viene desde arriba, es decir, desde Palacio Nacional, esperando que haya un acuerdo final donde Mario Delgado, deje de insistir en ganar la Presidencia de Morena. El Presidente, le entra a este asunto político de su partido, para defender la posición, toda vez, que si Delgado, gana, se pueden poner en contratiempo sus deseos futuristas.
Por eso, se cree, que finalmente, se tenga que obedecer al Presidente de la República, en este nuevo capricho político, el cual tiene dirección, desde ahora, a la sucesión presidencial, donde estaría nuevamente en las boletas electorales, porque aún cuando ya están concluyendo los dos primeros años de su gobierno, no permite que nadie sobresalga y aquél que lo haga, seguramente, que lo pondrá fuera del camino, obligándolo a renunciar en cualquier momento.
Esto lo sabe el mismo Marcelo Ebrard Casaubón, por lo que también se la está jugando en estos momentos cruciales de la vida política de Morena, obligando, al mismo tiempo, a que el Presidente, muestre sus intenciones y de ser así, buscar otro camino para la sucesión Presidencial, que sería, desde luego, otro partido político que lo quisiera abanderar, más cuando mucho le han dicho que no es militante de Morena, sino solamente un allegado al Presidente López Obrador, lo que finalmente, también le afectará.
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CON LO QUE HEMOS expuesto en párrafos anteriores, se estaría, supuestamente, resolviendo el problema de la sucesión presidencial, para cuando este proceso electoral tenga lugar.
El Presidente de la República, ha manejado perfectamente bien los hilos de la política y está construyendo, desde ahora, su posible reelección, toda vez, que los seis años de gobierno constitucional que le corresponden, a su parecer, no son suficientes para cimentar su proyecto político, es decir, el establecimiento de un nuevo sistema político con el supuesto apoyo general de los ciudadanos de este país que lo apoyaron en la pasada elección presidencial.
De acuerdo a importantes pensadores políticos, López Obrador, no tenía pensado, cuando hacía campaña política, en un prolongado gobierno de más de seis años, sino que todo vino a encajar con la votación tan alta que obtuvo y de ahí con el poder en sus manos, comenzó a perder el piso, de tal manera, que llegó a creerse un semidios político y dueño de la voluntad popular.
Por eso, desde ahora, prepara su permanencia en el poder y aunque diga cuantas veces sea posible, que no ha pensado en la reelección, la verdad de las cosas, es que su proyecto político ya está encaminado a este objetivo. Esto ya lo comentamos en otra entrega de esta columna política, donde hacíamos ver lo que ahora nuevamente estamos considerando desde esta redacción, es decir, que con apoyo de quienes han estado observando el comportamiento político del Presidente, los que han coincidido en que hay mucho de verdad en las intenciones presidenciales de buscar el alargamiento de su gobierno y consecuentemente de su poder.
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EL MAS ADELANTADO DE los posibles precandidatos a la Presidencia en el dos mil veinticuatro, es nada menos que el actual Secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard Casaubón, a quien el Presidente de la República, respeta y quiere desde hace mucho tiempo.
Pero una cosa son las buenas relaciones personales con el Presidente, y otra cosa son los proyectos políticos de su Jefe inmediato.
Esto ya lo tiene en cuenta el propio Marcelo Ebrard, sabiendo de antemano que el Presidente, por mucho que lo quiera, le habrá de impedir que llegue a ser el candidato a la Presidencia de la República, precisamente, por Morena, por lo que ya está intentando detenerlo cueste lo que cueste.
Si el propio Presidente de la República, no tuviera intenciones de reelegirse, como lo ha externado en algunas ocasiones, seguramente que no estaría obstaculizando el camino de su amigo, sino al contrario, buscaría impulsarlo desde ahora.
De ahí que Marcelo Ebrard, sabiendo que todo está en su contra, es posible que busque otro partido político para la próxima contienda por la Presidencia de la República.
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PORFIRIO MUÑOZ LEDO, ha aceptado la propuesta del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para buscar presidir a Morena, porque sabe bien que ya no tendría la edad ni la fortaleza para buscar la Presidencia de la República para el dos mil veinticuatro. Estaría apoyando al mismo López Obrador, para una supuesta reelección, mientras que él se haría de una tercera dirigencia nacional de un partido político.
Hay quienes, por ahora, no entienden la posición de Porfirio Muñoz Ledo, pero la verdad de las cosas, es que ya no tiene interés en otra posibilidad política, que en este caso sería la propia Presidencia de la República, por lo que ha aceptado cumplir con la misión encomendada por el Presidente, ganando solamente la meta política de haber dirigido a los tres grandes partidos de la política nacional.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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