En segundo lugar es necesario tomar en cuenta las modificaciones introducidas por la Cuarta Transformación en el quehacer parlamentario. A partir de 2018 ocurrió un nuevo reposicionamiento de las tareas propiamente legislativas en la Cámara de Diputados. El diputado como gestor de fondos pasó a un segundo plano a raíz del eclipse del Ramo 23 que, como señala un informe escrito en la legislatura anterior, constituía la fuente de los famosos moches y era utilizado como moneda de cambio en la aprobación de disposiciones convenientes al Ejecutivo, sobre todo en el caso del Presupuesto de Egresos.
Hoy, quien aspira a desempeñarse como diputado federal necesita tomar en cuenta que su tarea primordial será proponer nuevas leyes y decidir acerca de las que presenten el resto de los sujetos con los que comparte esta facultad. En consecuencia, deberá tener un conocimiento muy actualizado y preciso de la agenda legislativa porque no se trata, como antaño, de promover obra pública o repartir despensas sino, ante todo, de generar buenas leyes. El legislador, por tanto, debe estar enterado de los temas de actualidad que se debaten en la Cámara y ante los cuales tendrá que tomar posición, dar su opinión y emitir un voto preferentemente con criterio propio.
Adicionalmente, de acuerdo con los especialistas, sería bueno que los legisladores tengan más en cuenta los intereses de sus electores directos y volteen más a sus distritos tratando de remontar una tendencia en la que prevalecen ante todo las agendas partidistas sobre temas nacionales como resultado del peculiar curso de la llamada transición democrática.
Así las cosas, Veracruz necesita elegir en este 2021 a un grupo de hombres y mujeres que sean activos generadores de iniciativas de ley, fuertes defensores de los intereses de sus distritos al interior de la agenda nacional y buenos conocedores de los temas que se debaten en el recinto de San Lázaro.
*Economista, latinoamericanista y asesor parlamentario |