Salvo una ligera discusión en torno del veracruzano Rogelio Franco Castán, que finalmente pudo tomar protesta como diputado, este domingo 29 de agosto quedó formalmente constituida la LXV Legislatura en la Cámara de Diputados. Como Presidente de la Mesa Directiva fue nombrado el legislador morenista Sergio Carlos Gutiérrez Luna, quien estará acompañado de Karla Yuritzi Alamazán Burgos (Morena), Santiago Creel Miranda (PAN) y Marcela Guerra Castillo (PRI), en calidad de vicepresidentes. Como secretarios fueron elegidos Brenda Espinoza López (Morena), Karen Michel González Márquez (PAN), Fuentesana Guadalupe Guerrero Esquivel (PRI), Jasmine María Bugarín Rodríguez (PVEM), Reginaldo Sandoval Flores (PT), Jessica María Guadalupe Ortega de la Cruz (MC) y María Macarena Chávez Flores (PRD).

Además de la inminente reforma política, que dará pie a una primera gran contienda parlamentaria, una de las primeras tareas de los diputados  será la discusión y aprobación del Paquete Económico 2022, es decir, de la política de ingresos y egresos de la Federación para el siguiente año. No obstante, todo indica que la tendrán más fácil que sus antecesores, quienes debieron enfrentarse a la fase álgida de la crisis económica derivada de la pandemia. En esta ocasión, los Pre-criterios de Política Económica 2022, elaborados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, prevén un escenario más holgado a causa de la recuperación que está experimentando la economía mexicana. Incluso hubo un ajuste a la tasa de crecimiento esperado de 2.6 a 3.6 por ciento. Esto debido a que la mayoría de los sectores económicos han retomado su nivel previo a la pandemia, mientras los ingresos públicos superarán las proyecciones de la Ley de Ingresos 2021.

A todas luces el mayor logro en la coyuntura es la estabilidad económica y política del país. Aunque la tasa de inflación ha despertado la preocupación de los analistas, se espera que en 2022 se sitúe en 3 por ciento y el tipo de cambio nominal sea de 20.3 pesos por dólar en promedio anual. La tasa de interés proyectada es de 4.0 por ciento y el precio del barril de petróleo se estima en 53.1 dólares.

En esa misma dirección, uno de los objetivos principales para el año que viene será reafirmar la política de responsabilidad fiscal que ha caracterizado al gobierno de la Cuarta Transformación, de tal manera que se propone una reducción de la deuda a 51.1 por ciento del PIB en lugar del 54.7 por ciento aprobado en 2021, además de estimarse el mantenimiento de una trayectoria descendente de este indicador, con la finalidad de seguir liberando recursos para la atención social prioritaria y los proyectos de desarrollo.

Igualmente, la idea es reforzar la política de recaudación, que ha tenido notables éxitos, de manera que los ingresos tributarios crezcan 7.1 por ciento en términos reales y pasen de 14.1 a 14.5 por ciento, como proporción del PIB. En su totalidad, se espera que los ingresos presupuestarios crezcan 5.6 por ciento en términos reales con respecto del 2021 superando los 6 billones de pesos. Y al interior de estos, se contempla un notable crecimiento de 9.8 por ciento en el caso de los ingresos petroleros.

Todo esto permitiría la reducción del déficit fiscal de 2.8 a 2.4 por ciento con respecto del PIB. Y, más importante aún, haría posible el incremento del gasto neto total por un monto de 237.4 mil millones de pesos adicionales a los del año pasado, lo que significa un aumento de 3.7 por ciento en términos reales. En sus componentes, se estima que el gasto no programable crezca 97 mil millones de pesos y el gasto programable lo haga en 140.4 mil millones de pesos (3.0 por ciento de incremento real con respecto de 2021). .

Hasta aquí las estimaciones de la Secretaría de Hacienda, ahora encabezada por Rogelio Ramírez de la O. Corresponderá a los diputados sancionar esta propuesta y hacer las ampliaciones y reducciones de rigor en el caso de los egresos.

*Economista, latinoamericanista y asesor parlamentario