Hay datos que se pierden para siempre en el inmenso mar de indicadores económicos y sociales. No son traídos a la luz porque los publicistas prefieren la nota discordante, llamativa, amarillista. Pero están allí, a la espera de miradas más equilibradas. Y dicen mucho sobre la evolución de la sociedad, sobre todo si tomamos en cuenta que se refieren a personas de carne y hueso. 

Uno de esos datos es el siguiente: entre 2018 y 2020 el porcentaje de veracruzanos con carencias en la calidad y espacios de su vivienda pasó de 16.9 a 15 por ciento, de acuerdo con cifras oficiales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Es una disminución de dos puntos, lo que en términos absolutos significa que 127 mil 400 veracruzanos superaron esta situación de carencia. De la misma forma, el porcentaje de las personas con carencia en el acceso a los servicios básicos en su vivienda pasó de 42.1 a 37.8 por ciento. En este caso, la reducción de 4 puntos implicó que cerca de 282 mil habitantes vieran sus condiciones de vivienda mejoradas en el transcurso de dos años.

Insistamos. No es poca cosa tratándose de la vida cotidiana de miles de personas. Porque en el fondo, los números mencionados son veracruzanos que ahora tienen techos, muros y pisos con materiales que les protegen del clima y no dañan su salud. O que no viven hacinados y tienen más privacidad en sus hogares. Dejaron de tener piso de tierra. Y su techo no es de lámina de cartón o desechos, lo mismo que sus muros. Descontando a algunos defensores de la vivienda tradicional, existe una gran coincidencia en que esta nueva situación es deseable y puede considerarse como un avance para las familias.

Lo mismo vale en el caso de los servicios básicos. En 2020 había más veracruzanos con luz, agua potable, drenaje y gas en su hogar. Menos de nuestros paisanos tenían que ir  por el vital líquido a un pozo, río, lago, arroyo o esperar una pipa, molestar a su vecino o asistir a una llave pública. Podían prender un foco para estudiar o trabajar y no se veían obligados a acarrear leña o carbón para cocinar sus alimentos, calentar el agua del baño o combatir el frío.  

¿Qué factores influyeron para estos buenos resultados? Indudablemente, el giro hacia un Estado comprometido con la reducción de las desigualdades y la redistribución del excedente a través de una activa política social. Pero también jugó a favor el saneamiento de las finanzas públicas posterior  al duartismo. Esto porque la Entidad vivió seis años castigada, sin acceso a las transferencias federales destinadas al rubro de vivienda, como resultado de la opacidad y el desvío que se hizo de los recursos en instituciones como el Instituto Veracruzano de la Vivienda y en fondos como el FISE.

Hasta que no se puso orden en la casa se pudo acceder nuevamente al dinero de la Federación, un componente altamente significativo del gasto público en vivienda dirigida a los sectores de la población que se encuentren en situación de pobreza, marginación o vulnerabilidad. Esta es la importancia del combate a la corrupción. No sólo detiene el desvío de los recursos. También permite regresar a los niveles de confianza exigidos por los entes públicos y privados que tienen la llave del dinero.

Limpiar los establos de Augías del Invivienda para sacarlo de la condición de paria en que lo dejaron las administraciones pasadas fue crucial para lograr este objetivo. Y es la tarea que se echó encima Hazael Flores Castro, Gerente General de esa dependencia desde 2018. Los resultados están a la vista en los números presentados que son, en buena medida, un logro de su dependencia. Por supuesto, hay mucho más que hacer. Y la tarea se ha vuelto dos veces más difícil por la pandemia y el reciente huracán que azotó al Estado aumentando el saldo en lo que a vivienda se refiere. Pero Hazael Flores no se arredra: viene de la lucha social y allí forjó su temple. Además, está convencido, como pocos, del proyecto del que forma parte. Si las condiciones generales lo permiten, seguramente continuará dando buenos resultados.

*Doctor en Estudios Latinoamericanos