Ha pasado ya una semana desde que Loret exhibió la incongruencia entre el discurso de austeridad de AMLO y la extravagante vida de millonario de su hijo mayor José Ramón López Beltrán, y es de analizar por qué se sigue hablando del tema cuando otros escándalos de ésta administración como el de Pio, el de Delfina y los moches en el ayuntamiento de Texcoco,  el de Martinazo y otros más han durado solo uno o dos días en los medios y son sustituidos por otros temas que AMLO, en su conocida habilidad para salir del paso, pone de inmediato en la agenda nacional como distractores.

Veamos, seguimos hablando de la casa en Houston y el conflicto de interés aparejado a esta porque en esta ocasión el Presidente dejó correr varios días para abordar el tema, lo cual hizo apenas ayer, y así fueron 5 días entre la nota de Loret y la respuesta, dando pie a que la contra réplica haga que la especie siga ocupando la atención del público. Además de que el tema tiene varias aristas por dónde abordarlo como son: la hipocresía e incongruencia de AMLO al satanizar la riqueza pero que su hijo se de vida de millonario en el extranjero, la falta de aclaración del por qué de los contratos millonarios con PEMEX de la empresa de la familia de la esposa de José Ramón, pues no basta con decir “mis hijos no tienen intervención alguna en mi gobierno” pues eso deja al aire y al sospechosísmo el asunto de los contratos, y el presunto conflicto de interés; ahondando en esto, pone en entredicho incluso la adquisición por el gobierno de México de la Refinería DEER PARK  de Texas donde la familia de la Sra. Adams, esposa de José Ramón tenía acciones, si no es que era dueña absoluta, amen de otro tema que sería impropio tratar porque es terreno de las revistas del corazón como es la inexplicable boda entre una hermosa mujer millonaria gringa y un tipo nada agraciado ni física ni intelectualmente cuyo padre no tiene nada, solo 200 pesos en la cartera, los que hace ya mucho tiempo se debe haber gastado en unos tlacoyos o gorditas de la esquina donde acostumbra comer.

Por otro lado, como dice el dicho “a quién le dan pan que llore” y para los opositores es de aprovechar al máximo la “carnita” que la familia presidencial nos regala cotidianamente para criticarlos pues ni siquiera Salinas, Fox ni Peña nos habían surtido de tanto material para hablar de ellos como lo hace hoy AMLO, su familia, sus allegados y colaboradores.

Por todo ello no debe soltarse el tema pues si en dos semanas que en los altos niveles se esté hablando de ello solo en algunos medios y en redes sociales, podría ser que se haya enterado como máximo un 25% de los mexicanos, los adversarios del régimen deben seguir insistiendo en el asunto hasta que no solo los medios sino “radio bemba” lo lleve hasta el último rincón del territorio nacional y a que lo sepa hasta el último mexicano con derecho al voto.

Por supuesto no debe hacerse con la expectativa de cambiar la visión de un chairo, ardua tarea al parecer imposible de lograr cuando te enfrentas con fanáticos adoctrinados, pero sí con la esperanza de despertar y sacar de su zona de confort a una clase media mayoritaria en el país que se ha mostrado indiferente y no ha reaccionado ni siquiera a los ataques directos de AMLO y su nefasto régimen. Y si esto ya terminó habrá que esperar el siguiente escándalo, pues nos tienen acostumbrados a 2 o 3 por mes.

¡GRACIAS 4T POR EL MATERIAL!