¿Nuestro Presidente ha sorteado ya la crisis por la revelación de la casa que su hijo José Ramón habitaba en Houston? Pues no, el tema no ha terminado porque a pesar de haberlo mandado al hospital, muy probablemente infartado, para hacerse un cateterismo, Loret, sin compasión por su afectada salud ha dicho “aun hay más” sobre el tema y que lo de la “Casita Gris” en Texas no es mas que la punta del iceberg de una trama mucho más amplia que paulatinamente se vendrá revelando; como si lo de Pio, Martinazo, Felipa, Irma Erendira, Bartlett y la muy fina y “carísima por cierto” chamarrita del hijo menor, el gordito cuyo nombre no recuerdo pero que algunos insensibles han dado en llamarle “El Chocoflan”, no fueran suficientes para hacer razonar a los mexicanos sobre la enorme hipocresía del régimen de la 4T y su, hoy ampliamente cuestionada, moralidad. La reacción desesperada de AMLO, más allá del supuesto airado regaño que le dio a José Ramón que si lo hubo seguramente no fue por la casa y el conflicto de interés sino porque dejó que trascendiera a los medios por su imprudencia al ostentar tanto lujo y riqueza, lo llevó a tratar de desviar la atención de la ciudadanía hacia un tema que hacía tiempo había dejado de lado como es la supuesta corrupción de las empresas españolas que han invertido y arriesgado su capital en México, a las que antes que entablarles serios reclamos por la vía jurídica, por los supuestos abusos que cometen en México, prefirió arremeter contra el país, España, imponiendo una absurda “pausa” en las relaciones con ese país, la que, aun cuando no existe como figura jurídica en el mundo diplomático, si devela un primer paso para una posterior ruptura de relaciones; apelando con esto a la Unidad Nacional en torno a su gobierno que ha venido perdiendo en virtud de la aplicación de una política interior errónea. Así mismo revive el viejo reclamo de que Austria nos devuelva el Penacho de Moctezuma que el último Tlatoani regaló a los conquistadores y finalmente fue a parar a Viena, quienes no lo devolverán por dos razones fundamentales: por un lado porque moverlo o manipularlo para embalarlo y enviarlo a México significaría su destrucción pues se estaría convirtiendo en polvo tan pronto se moviera del lugar donde lo tienen en exhibición, y por otro lado porque “el que da y quita, con el diablo se desquita”. De igual forma ha revivido reclamos a Francia por el supuesto tráfico de piezas arqueológicas de las culturas prehispánicas Olmeca, Maya y Mexica, asi como ha inferido ofensas a Panamá al pretender enviarles a un acosador de mujeres como embajador, haciendo gala de su menosprecio por la política exterior, bajo su errada creencia de que “la mejor política exterior es la interior”, yo diría que eso podría ser valido mientras una no afecte a la otra tratando de imponerle sus caprichos al mundo, como lo ha hecho al interior del país, pues esa no es la mejor idea, recordemos que tanto España como Austria forman parte de la Unión europea y estos no se andan con cuentos además de que nuestros aliados comerciales USA y Canadá difícilmente le seguirán el juego a sus caprichitos y rabietas de “niño momado” con que pretende manejar las relaciones diplomáticas de nuestro país con las demás naciones del mundo. Dadas las circunstancias no dudo que muy pronto nos tendrá metidos en la nueva “guerra fría” que está teniendo lugar en el mundo ubicándonos del lado de la expansionista Rusia en relación con el asunto de Ukrania, con el riesgo que implica ser vecinos que comparten más de 3 mil kilómetros de frontera con USA, quienes son los enemigos naturales de los rusos. Asi las cosas es mejor que AMLO enfrente su realidad y sus demonios al interior del país como es la caída de su discurso de austeridad y anticorrupción y con este su caída en las preferencias de amplios sectores de la población, antes que meternos en un lio internacional que irremediablemente nos pondrá en riesgo a todos los mexicanos empezando por su régimen nefasto de la 4T y siguiendo con la ciudadanía mexicana en general, esperemos que ya deje de estar “jalandole los bigotes al Tigre”, por no decirlo con la frase que incluye un producto de gallina. |