Cada día está más cerca el día de la jornada electoral para la Revocación de Mandato y, a menos de un mes de que por primera vez en la historia del país tenga desarrollo un ejercicio de democracia participativa de esta naturaleza, no podría haber mayor confusión e información distorsionada acerca de la finalidad real del proceso.

Al respecto se ha incrementado la publicidad engañosa que invita a votar para que “AMLO se quede”, promovida por el partido del Presidente, contraviniendo con ello la disposición Constitucional que faculta exclusivamente al INE para promover la participación de los ciudadanos en el proceso de referencia, lo que el régimen a través de su mayoría legislativa supuestamente ha superado modificando la Ley mediante un procedimiento fast track, cuya aplicación sería inconstitucional porque la Ley modificada no puede estar por encima del texto Constitucional que lo prohíbe expresamente, por lo que MORENA y hasta el mismo AMLO están impedidos de participar abiertamente en el proceso, lo que no deberían estar haciendo sin ser sancionados, a no ser porque la SCJN ha sido cooptada plenamente por el presidente y ninguna acción de inconstitucional promovida por miembros del Congreso, partidos o ciudadanos que con esto vean conculcados sus derechos políticos y ciudadanos prosperaría en las condiciones actuales cuando, en los hechos, ha quedado desterrada la División de Poderes.

En este caso la discusión sobre si es válido promover el ejercicio como la “ratificación de la confianza” en el Presidente, cuando la Constitución únicamente habla de Revocación del Poder al Presidente por pérdida de la confianza en él, sale sobrando pues no existe ya un órgano autónomo e independiente que proteja la supremacía de la Constitución, con excepción del INE y el TRIFE, que aún pueden hacerlo en materia electoral.

Por otro lado toda esta confusión nos ha llevado a un escenario absurdo y surrealista, donde supuestos demócratas adversarios del régimen están alentando a los electores a abstenerse de ir a votar con el ridículo argumento de que no asistir representa hacerle un desaire a la convocatoria del Presidente para participar en el proceso de Revocación en el sentido de “ratificación” que él y sus aliados entienden y sobre lo cual han impuesto una intensa narrativa mediática y por otro lado vemos a los aliados del Presidente promoviendo la Revocación como si eso no significara en estricto sentido que hemos perdido la confianza en el Presidente, único escenario posible para su realización.

En lo personal he venido insistiendo en que el 10 d abril será quizá la última oportunidad que tendremos para frenar el establecimiento pleno de la Dictadura y con ello la destrucción total de las instituciones democráticas en el país, ya que el INE tendrá que renovar a sus Consejeros después de las elecciones de este año, la de revocación y las de las 6 gubernaturas en juego este 2022, pues tanto el Consejero Presidente, Lorenzo Córdoba como otro de los Consejeros, Ciro Murayama, ambos principales defensores de la autonomía del Instituto, concluyen su encargo este mismo año y quedará en manos de AMLO y su mayoría en el Congreso el nombramiento de quienes habrán de sustituirlos, lo que evidentemente aprovecharán para hacerse con el control total del órgano electoral y con esto, del manejo discrecional de las elecciones por venir, entre ellas la “Joya de la Corona”, la Presidencial del 2024.

Por todo lo anterior resulta contradictorio no estar de acuerdo con la gestión de AMLO y dejarle el campo libre para que siga argumentando que “todo México está conforme con su extraordinaria gestión al frente del gobierno” aunque solo hubieran asistido unos cuantos de sus fanáticos porque , como están las cosas en el país, no se espera que repita con 30 millones de votos como en 2018.