La imposición de una política económica mal entendida y los deseos de venganza política del nuevo sistema que gobierna, pareció, desde un principio, una mala combinación para sacar al país adelante, pues al contrario, se acentuó su precipitación al vacío.
La guerra comercial en el mundo tuvo que reflejarse, casi necesariamente, en las mismas políticas comerciales del país, sobre todo, por su cercanía con el monstruo de los Estados Unidos, y su permanente conflicto relacionado con la migración, una fijación, de por si manifiesta del gobierno estadounidense y que tomó como rehén al gobierno de López Obrador, carente de la experiencia necesaria para poder enfrentar la negociación.
La falta de una ordenada política económica, es lo que, de alguna manera, ha puesto en serios problemas al mismo gobierno y consecuentemente, a la población general, que pensó en el cambio con la supuesta guerra en contra de la corrupción, lo que fue, para muchos analistas políticos y económicos, solamente una bandera que sirvió para convencer a las masas y apoderarse, casi totalmente, del rumbo del país y de su gente.
El mismo Presidente de la República, sabía de sobra que combatir la corrupción no era fácil, menos que en poco tiempo, como puede ser un sexenio, diera resultados positivos, pues no hay duda, para nadie, de que esta lucha es un proceso de larga duración, cuya transformación debería pasar, primero, por el mismo seno familiar, luego en el sistema educativo y finalmente la aplicación de medidas que fortalecieran este propósito.
Esto era como un reto especial para el nuevo gobierno, que nunca estuvo ni está preparado para llevar a cabo estas acciones, en virtud de que solamente es un decir de quien comanda el gobierno nacional, pero que nunca tuvo ni tiene el sustento necesario para emprender, de verdad, una lucha tan rigurosa contra este fenómeno social arraigado en nuestro país, como una forma de ser dentro de su propia existencia.
López Obrador, la usó como bandera política y ni siquiera la estudió detenidamente, pues la prueba está en que tampoco tenía programas especiales para su combate, ya que a la fecha solamente se han visto improvisadas acciones que no han tenido ningún reflejo ni tampoco resultados positivos que puedan avalar al Presidente.
Al Presidente, se le vino el mundo encima y no previo las consecuencias, por lo que ha tenido que adoptar una posición de absolutismo en su mandato, con la finalidad de detener cualquier reacción en su contra, lo que se ha visto al no atender, ni siquiera, a sus propios colaboradores, que en algunos casos tuvieron que renunciar al no entender el camino que se comenzaba a recorrer.
Hoy, la enfermedad que ataca al mundo, le vino a complicar aún más este panorama político al Presidente, de tal manera, que tuvo, incluso, que adoptar la misma posición anterior de no hacer caso a nadie, ni siquiera a las propias medidas recomendadas por su propio gobierno, a través de los especialistas en materia de salud, tomando a la ligera la grave situación de la presencia de esta calamidad mundial.
La política, en tiempos de crisis, no ha sido la mas adecuada, cuando menos para el Presidente, quien insiste en su misma posición de atacar el pasado para poder respaldar lo que no ha logrado hacer. El mundo de López Obrador, fue uno, cuando anduvo de campaña, pero ahora, es otro, que ya no depende de su forma de tomar las cosas, sino de su propia decisión de actuar inteligentemente.
Por lo pronto, las facturas están listas para comenzarse a cobrar cuando la crisis sanitaria lo permita. Por ahora, la prioridad de los mexicanos, es salvarse de la amenaza invisible del virus mortal que deambula por el mundo.
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EN CUARENTENA, PERO TRABAJANDO.
LA PRESENCIA DEL Coronavirus, nos ha obligado a tomar algunas precauciones que además han sido recomendadas por el sector salud, donde saben lo que se tiene que hacer en estos casos. Sin embargo, como decía un reconocido columnista, “desde el exilio”, aunque ahora es voluntario, muchos siguen trabajando en lo que saben hacer y eso no es exceptúa a los que forman parte de la clase política local y del Estado, en general.
Comentamos esto, porque hace unos días, aquí en este mismo espacio, señalamos que a pesar de la crisis por la que se está pasando, muchos políticos están viendo las cosas a futuro y en ese sentido, trabajar, desde casa, en muchos de los casos, para mantener viva su posibilidad de ser tomados en cuenta en las próximas elecciones que se avecinan.
Justo es decir, que uno de esos políticos que hemos señalado, es el Doctor Carlos Carballal Valero, quien por un tiempo había dejado de pensar en la política para dedicarse a sus actividades empresariales. Sin embargo, ahora que se están acercando los tiempos político electorales, ha vuelto a interesarse por esta actividad, buscando participar en la búsqueda de la diputación local por el distrito de Misantla, donde es, sin duda alguna, muy apreciado, tanto por sus dones personales como por su capacidad en el ejercicio público, donde ya dio muestras de que sabe hacer bien las cosas.
Carlos Carballal Valero, ya fue Presidente Municipal y Diputado local, por lo que tiene experiencia que lo avala para conseguir, de nuevo, estar formando parte de la nueva Legislatura local que tendrá que elegirse en el año que viene.
Ahí está la opción política que se esperaba en Misantla, y que seguramente sabrán aprovechar los ciudadanos de este distrito. No hay duda.
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SIGUE AUSENCIA DE MEDICAMENTOS.
CARAMBA, NO PARECE haber voluntad suficiente entre quienes tienen la responsabilidad de velar por la salud de los veracruzanos, pues se mantiene la necesidad de medicamentos en los hospitales públicos y más ahora en que las exigencias se hacen mayores en virtud de la presencia del coronavirus.
Pero, eso no es todo, sino que los mismos profesionales de la medicina, médicos y enfermeras, así como todos los trabajadores de estas instituciones, acusan que no hay insumos necesarios para protegerse del virus, pues a la carencia de medicamentos se suma la falta de estos elementales y esenciales instrumentos de protección.
Y surgen muchas dudas sobre esta situación, porque se supone que el gobierno tiene recursos suficientes para invertirlos en estas necesidades, pues como mucho ya se ha dicho, en estos momentos, la prioridad en toda la entidad veracruzana, es la salud, en lo que hay que gastar, sin restricción alguna, para respaldar las acciones de permanente protección, tanto de los veracruzanos, en general, como de los profesionales de la medicina que se exponen permanentemente a ser contagiados por el virus y otras enfermedades que ellos mismos tratan directamente en los hospitales a su cargo.
Urge, pues, la intervención del propio Gobernador del Estado, en quien reside, sin duda, la mayor responsabilidad frente a sus gobernados.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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