Todo esto quiere decir, que muy a pesar de los grandes descalabros que ha tenido, esta organización política no puede ser descartada del triunfo electoral, por lo que seguirá siendo indispensable la coalición de cuando menos los principales partidos políticos de oposición, como es el caso del PRI y del PAN, ya que en este momento, estos dos partidos, unidos, alcanzan apenitas igualar los cartones y estar en condiciones de poner en serios aprietos a Morena.
Está claro que si hay, finalmente, el interés de sacar a este gobierno de Palacio Nacional, tendrán que irse entrenando, en las próximas elecciones, con este modelo de unidad política y juntos, como se advierte, ganar la mayoría en los congresos, hablando, desde luego, de que también en algunas entidades, es Morena, quien lleva la batuta en las determinaciones que se toman y que siempre son, sin duda alguna, a favor del gobernante que pertenece a sus filas políticas.
Ahí está, todavía, la realidad que impera en este sentido, porque los partidos políticos de oposición, no pueden, por sí solos alcanzar el triunfo electoral que necesitan para los planes de evitar que Morena vuelva a tener el triunfo y llevar nuevamente la mayoría a los congresos, lo que ha estado haciendo mucho daño al país, luego de que el Presidente de la República, vive con la confianza, primero, de sus famosos treinta millones de votos que lo avalaron y luego, el respaldo a sus acciones que tiene por parte de los legisladores de su partido.
De ahí que seguirá siendo obligada la posibilidad de una coalición política, insistimos, cuando menos de los dos partidos más importantes en el escenario político nacional, después de Morena, independientemente de lo que quieran hacer las demás organizaciones políticas, que en menos importancia electoral, quieran entrarle a la coalición, salvo que de última hora también quieran unirse a Morena, lo que se ve muy difícil de que se pueda dar, puesto que por ahora, todos han manifestado estar en desacuerdo con las acciones presidenciales y las que emanan de su propia administración federal.
De lo que si se está seguro es que tanto el PRI como el PAN, son los más grandes partidos que ahora forman parte de la oposición y que ambos, de alguna manera, buscar volver a gobernar, aunque antes de este interés político, esté la posibilidad de liberar al pueblo de México, de estos angustiosos momentos en los que se encuentran, debido, a las malas decisiones que se han tomado por el actual sistema político nacional, que está llevando a México, hacia una catástrofe económica y socia, aparte, muy aparte de los grandes problemas que no ha logrado resolver ante la pandemia que azota a todo el territorio nacional.
Es cierto, como ya lo hemos comentado, que de acuerdo a los sondeos de las más recientes encuestas que se han realizado para medir la confianza popular en el gobierno y en el partido que se encuentra en el poder, los resultados están saliendo negativos, tanto para el propio partido como para el Presidente, que en todo caso, es el baluarte popular de la organización política que lo encumbró en el poder nacional, dando como evidencia que ya no cuentan con el respaldo ciudadano, pero que siguen teniendo la posibilidad de que por sí solos alcancen una votación que les permita mantenerse en las condiciones que se encuentran.
Lo que aquí se señala, es que a raíz de la baja en la popularidad del Presidente, y del partido Morena, ya permite que mediante una coalición de partidos, se pueda alcanzar el triunfo electoral, de tal manera que estando fuera el gobierno actual, ya se podría hablar de un nuevo rumbo para el país, aún cuando se tenga que integrar un gobierno con cierta pluralidad, pensando que no tan solo sea el PAN y el PRI, los ganadores, sino que se encuentren otros partidos menores, en esta misma unidad política nacional.
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POSIBLES ACUERDOS.
POR OTRO LADO también hay que pensar en los posibles acuerdos que pudieran existir desde hace tiempo para darle la oportunidad a López Obrador, de poder gobernar al país por seis años, dándole otro periodo más, tal y como sucedió con el PAN, donde se pensaba que después de Vicente Fox, ya no tendría nada qué hacer dentro de la vida administrativa del país, pero que finalmente, el poder transferido fue más allá, es decir, por doce años, lo que se pudiera estar contemplando con Morena, es decir, que su poder se extendiera por doce años también.
Desde luego, que habría que analizar la situación política que persiste en estos momentos, es decir, algo que los propios acuerdos no contemplaron, como es el caso de los treinta millones de votos que se llevó López Obrador, que es, en cierta forma, lo que ha modificado las condiciones en los cláusulas secretas del supuesto documento que debe existir en alguna parte, ya sea de manera física o bien por la buena fe que se impone entre sus propios miembros. Hay que recordar que es esta cantidad de votos lo que ha hecho que López Obrador, se rebele.
En su momento, López Obrador, logró encumbrarse al mismo nivel de quienes elaboran los acuerdos, por lo que se tuvo que optar por darle la oportunidad de gobernar, se insiste, por un sexenio, para aminorar la presión política que ya se venía enfrentando, tal y como sucedió en el momento en que el PRI, también tuvo que pasar la estafeta al PAN, que no fue precisamente por una superioridad política electoral, sino para darle escape a la presión que se venía ejerciendo desde hace varios años, debido a la permanencia política del PRI. Esto mismo sucedió con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a quien, finalmente, no se le dio la oportunidad de gobernar, poniendo en operación todas las estrategias priistas, luego de la decisión tomada para no dejarlo pasar.
Por ahora, las condiciones políticas que han generado los mismos tenedores del poder en México, ya están posibilitando el hecho de que se pueda dar por terminado el acuerdo celebrado y dejar a López Obrador, más que a Morena, solo tenga el poder por un sexenio. Esto ya los sabe el mismo Presidente.
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¿Y LOS TREINTA MILLONES DE VOTOS?
POR OTRO LADO, los treinta millones de votos, se han reducido considerablemente, de tal manera, que ahora se calcula que sean solamente unos dieciséis, los que, de ninguna manera, le permitirán a López Obrador, seguir con sus planes.
López Obrador, que se sepa, no reconoce ni respeta los acuerdos, por lo que políticamente, México, ha estado viviendo su más terrible episodio. López Obrador, se ha llegado a sentir Dios, por el poder concedido en las pasadas elecciones y que también le ha servido para rebelarse ante quienes tienen en sus manos la verdadera decisión política, pues alcanzó una cifra histórica.
Sin embargo, tiene que someterse a los lineamientos de los acuerdos tomados, de tal manera, que aún no siendo tiempo, debe ir pensando en que su poder tiene un límite y eso se lo recuerdan constantemente, aunque, se insiste, por la votación alcanzada, se ha sentido superior y capaz de rebelarse ante los demás.
De ahí la importancia de la coalición política que ya hemos mencionado, es decir, la solución que le aplicarán a este caso.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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