La pobreza se ha incrementado en estos tres meses de la contingencia y seguirá haciéndose más evidente conforme pasen los meses, aún cuando la pandemia haya desaparecido y nos encontremos, de alguna manera, con la normalidad. La recuperación será a largo plazo y los veracruzanos, tendrán que hacer uso de sus más grandes esfuerzos, de su propia imaginación y de su trabajo constante para salir adelante, porque el gobierno, no estará, como no lo ha estado, ahí donde se requiere su presencia.
Se necesitará de mejores conductores del gobierno y de la sociedad, pues actualmente no se ha demostrado que alguien, con poder y con dinero, diga que encabeza las acciones para garantizar la subsistencia familiar de muchos grupos que no tienen ni siquiera para comer. La situación es bastante difícil y en poco tiempo, apenas en tres meses, la pandemia ha hecho revelar la verdadera condición económica y social del pueblo veracruzano.
Uno de los estados más ricos del país, como siempre ha sido considerado el de Veracruz, ahora está evidenciando sus carencias. La verdad ha salido a flote y no hay tal riqueza, sino más bien pobreza que se mide en diferentes niveles, desde la más extrema, hasta la mínima que se observa en todo el territorio estatal. El coronavirus ha despojado el manto de mentiras y la entidad se vuelve transparente en este sentido, es decir, no hay suficientes recursos en el pueblo como para enfrentar estos retos de una enfermedad peligrosa.
Los recursos que normalmente se manejan en el ámbito económico de Veracruz, son en gran parte, aquellos que desplaza la propia administración pública estatal, por lo que siempre las empresas medianas y pequeñas se encuentran a la espera de las grandes oportunidades que provienen de las obras materiales que el propio gobierno realiza, ya sea por licitación o por la adjudicación directa. Sin embargo, como esto no ha sucedido, tampoco se ha visto que circulen recursos en todo el Estado, pues las empresas mayores que funciona en el territorio estatal, no dejan mucho a Veracruz, ya que es la propia federación quien capta la mayor parte de impuestos, sin que se devuelvan, en forma de participaciones federales, a las arcas estatales, quedándose, solamente, para respaldar los proyectos de la cuarta transformación en materia política, así como de la necia imposición de una austeridad republicana, que ni siquiera ante la difícil situación de la pandemia, se ha querido hacer uso de los recursos necesarios para enfrentarla.
Veracruz, ha perdido empleos, han cerrado negocios y pequeñas empresas que seguramente no volverán a abrir, cuando menos por algún tiempo, se seguirán despidiendo a trabajadores dentro del sector privado, porque las pérdidas que se han generado hasta este momento serán el principal obstáculo para seguir manteniendo una determinada plantilla laboral, con la cual, normalmente, se venía operando.
Dentro del sector oficial, también, seguramente que seguirán los despidos de trabajadores, una práctica utilizada desde el mismo momento en que llegó esta nueva administración y aunque digan lo contrario, es evidente que no habrán de seguir otra política diferente a la que ha impuesto desde la federación el propio Presidente de la República.
Crear empleos, entonces, será el mayor reto del gobierno del Estado. Apoyar a las empresas medianas y pequeñas para que éstas sigan siendo productivas en un momento difícil para la vida de la entidad, decidir la inversión pública a favor de Veracruz, y de muchos empresarios y prestadores de servicios que están a la espera de estas oportunidades, serán, en gran parte, las acciones del gobierno estatal, sin que esto tenga que ver directamente con lo que pueda suceder en materia política, donde seguramente que los cambios tendrán que ser de inmediato, una vez pasada la contingencia para provocar la reactivación económica de la entidad.
Por ahora, Veracruz, se encuentra a la deriva. Mañana, es posible que se logre enderezar el rumbo de esta nave, si quien la conduce, da el golpe de timón que se requiere.
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OTRA FASE DEL CORONAVIRUS.
FINALMENTE, el país ha entrado, en materia de salud, en la tercera fase que se venía anunciando debido a la más alta posibilidad de contagio de este virus que pulula por todo el territorio nacional.
Así lo han declarado las autoridades del sector salud y esto implica una mayor responsabilidad conjunta del gobierno y la sociedad, es decir, que se tienen que observar, a más detalles, las recomendaciones emitidas permanentemente para evitar que esta enfermedad se propague con mayor facilidad.
Se espera llegar al pico más alto de contagios para después comenzar el descenso en los mismos, lo que irá generando mayor posibilidad de su control a través de los servicios que se prestan en todos los hospitales públicos y privados que en este momento se encuentran coordinados para los efectos ya planteados y que obligará, como ya se ha comentado, a que la famosa cuarentena se prolongue por mayor tiempo y se tengan que implementar acciones, incluso, más severas para quienes no cumplan con las disposiciones. Hay, por parte de los gobiernos estatales, algunas imposiciones que podrían calificarse como violatorias de los derechos humanos y de las propias disposiciones constitucionales, pero tienden, sin lugar a dudas, a la protección de las personas, que en este momento es la prioridad por encima de cualquier otra acción de los propios gobiernos del país, el Estado, y los Municipios.
Entrar a la fase tres, es el punto más delicado de la pandemia, según refieren especialistas de la materia, por lo que se recrudecen las indicaciones para evitar mayor contagio en todos los rincones del país.
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EL AVION PRESIDENCIAL, REGRESA.
QUIZA DE MANERA INOPORTUNA, pero el Presidente de la República, ha vuelto a mencionar el famoso avión presidencial, informando que a fin de este mes regresa a México, como si a alguien le importara en estos momentos hablar de este tema que se volvió viral y que, finalmente, no dio ningún resultado.
El avión no se venderá, por lo que se ve y se sabe y que solamente anda causando risas y comentarios desagradables.
El avión es un activo del gobierno federal, y aunque no se ha pagado en su totalidad, es un bien que pertenece a la nación y para el servicio de su propio gobierno, es decir, para el uso de quien lo necesiten favor del trabajo de la propia administración federal.
Es mejor que lo use el Presidente. Que este aparato cumpla con sus objetivos y en lugar de andar generando lástimas en otras partes que se utilice para los fines del gobierno federal. De todos modos, en cualquier lugar donde se encuentre, habrá gastos de su mantenimiento. Es mejor que los desquite, pues de lo contrario, está saliendo más caro al gobierno y consecuentemente al pueblo mexicano.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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