Primero, fue contra las calificadoras, ya que no contemplaban el factor “corrupción” en sus mediciones, por lo tanto, no tenían «autoridad moral» para calificar al país. Luego, los países exportadores de petróleo, que «no respetaban la soberanía de México», queriendo “imponer” reducciones de producción de petróleo, lo que afectaría severamente los planes de esta administración. Ahora fue contra el sector energético, pues la Secretaría de Energía (SENER), encabezada por Rocío Nahle, intentó frenar la generación eléctrica con energía renovable, buscando darle ese control a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El pasado 29 de abril el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) publicó el Acuerdo para Garantizar la Eficiencia, Calidad, Confiabilidad, Continuidad y Seguridad del Sistema Eléctrico Nacional, en el que se determinó «suspender las pruebas preoperativas de las Centrales Eléctricas intermitentes eólicas y fotovoltaicas en proceso de operación comercial». En el escrito se declara una «reducción en el consumo de energía eléctrica» derivada de la pandemia, por lo que este acuerdo garantizaría el suministro eléctrico del país. Pero, una vez más, atestiguamos la poca, si no es que nula preparación de la titular de la SENER y su falta de capacidad para llevar las riendas de este vital sector de México.
El gran problema es que al hacer esto, no sólo se le daba el control de este suministro a la CFE, sino que no tomaron en cuenta que esas operaciones estaban a cargo de empresas privadas extranjeras. El primer golpe fue de 26 mil millones de dólares que ya se habían invertido en dichas pruebas, más una estimación de 450 millones de dólaresen pérdidas de inversión a corto plazo. Tal vez podrían pensar que esto sólo perturba a los grandes magnates que pierden su dinero en estos negocios, pero ¿cómo nos afecta a los mexicanos? Charlando con expertos en la materia, todos concluyen en que la mayor afectación, además de la más palpable, es la desconfianza que esto generará en los inversionistas, aunado a que probablemente volvamos a recibir malas noticias por parte de las calificadoras. Esto se traduce en desaceleración económica, más aún cuando estamos hablando del sector que mueve al país, pues la inversión genera empleos, pero acciones como esta, ahuyentan la misma.
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No obstante, tras una ‘lluvia’ de amparos por parte de las empresas afectadas por el acuerdo, el CENACE tuvo que revertir el mismo y otorgar las licencias correspondientes a 23 plantas de generación eléctrica con energía renovable. Pero de nuevo, el país es foco de atención en todo el mundo por provocar un conflicto innecesario con países que por mucho tiempo han sido aliados. Convirtiéndose en ese país que cree que el mundo está en contra suya, cuando en realidad es México quien va en contra de la evolución y del progreso por querer imponer ideas que hace un par de décadas quedaron obsoletas.
¿Qué debería hacer el gobierno? Alejandro Baizabal, ingeniero petrolero y analista internacional, me dice: «El objetivo que se busca es la autosuficiencia energética y eso es bueno, pero los métodos no están siendo los mejores. El gobierno debería aprender de otros países y ver que las energías alternativas, así como la iniciativa privada, pueden ser grandes aliados. El uso del gas natural puede ser un camino de solución hacia una política energética más viable», me comenta.
Ojalá que este nuevo golpe de realidad ayude al gobierno federal a entender cómo funciona el mundo en la actualidad y a cambiar el rumbo en favor de obtener mejores resultados para beneficio del país... Ojalá...
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