Hace unos días me encontré con un video donde critican la “tibieza” de los supuestos analistas opositores al régimen de la 4T, mismo que me sirvió para dar respuesta a una pregunta que hace tiempo vengo haciéndome y es ¿por qué ante tanta barbaridad no vemos a millones de personas manifestando su desacuerdo con las políticas regresivas del actual régimen, las que paulatinamente están destruyendo la economía, la salud, la seguridad pública y la democracia de los mexicanos?
Cuando veo como, mi antes admirado analista, Leo Zuckerman se burla de quienes pensamos que la instauración del comunismo en México se viene dando a pasos agigantados y cada movimiento del grupo gobernante es una señal inequívoca de que están encaminando al país hacia un régimen autoritario comunista, pues incomprensiblemente Zuckerman asegura que el comunismo quedó muerto y enterrado desde 1989 con la caída de la URSS, es cuando caigo en la cuenta de que ayudando a ocultar lo evidente, Leo Zuckerman, Ángel Verdugo y otros tantos que piensan como ellos, consciente o inconscientemente, le están siguiendo el juego a AMLO, y sus amigos y aliados del antiguo “Foro de Sao Paulo”, hoy “Foro de Puebla” para que sigan avanzando en la perversa ruta de destrucción de las instituciones democráticas.
Veamos, cuando en 1989 cayó el Muro de Berlín y con ello sobrevino el efecto dominó que terminó con la URSS y hasta hace apenas unos cuantos años yo era de la idea de que efectivamente el comunismo había perdido definitivamente la batalla en el mundo, pero conociendo después los métodos que para acceder al poder utilizaron una larga lista de dictadores modernos como Chavez, Maduro, Ortega, los kirshner, Evo y AMLO, que fue, en principio, por la vía democrática y de los votos, sustituyendo con esto la de la “Revolución Armada” para perpetuarse después en el poder a través de un discurso de odio que ha dividido a sus pueblos en buenos y malos, en conservadores y liberales, en ricos y pobres, en feministas y patriarcales, etc. se hace evidente que con el agotamiento del antiguo pretexto de la “Lucha de clases” en el que ya ni los obreros creen porque se han “aburguesado” al mostrarse conformes con mantener un trabajo omo asalariados; las izquierdas encontraron nuevas formas de manipulación, para continuar con la instauración del comunismo en el mundo mediante un discurso aparentemente conciliador, incluyente y de reivindicación de nuevas causas como el igualitarismo, la inclusión, la diversidad, el feminismo radical, la ideología de género, los derechos de las minorías, la negación y eliminación de Dios en nuestras vidas, el homosexualismo ideológico, los cuales imponen controlando la Academia, las Universidades y los medios de información para apropiarse ya no de los recursos sino de las mentes y voluntades de los ciudadanos, adoctrinándolos para vincularlos a sus causas que no son otras que las de la obtención de más y más voluntades que los lleve a perpetuarse en el poder.
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Así que hay que tener el cuidado de distinguir cómo la izquierda ha cambiado sus métodos para no caer en el engaño populista de que si no están asaltando el poder por la vía de las armas, conformados en guerrillas urbanas y rurales, entonces no son comunistas, volviendo a Zuckerman este cree que hace lo “políticamente correcto” al asegurar que el avance del comunismo es cosa del pasado, que es cosa de Castro en Cuba y de Lenin en Rusia, pero no de AMLO en México; y efectivamente habrá que reconocer que los métodos ya no son los mismos pero, como decía, ahora, sin los recursos de la URSS, se han sofisticado tanto que ya no requieren del apoyo de los rusos, y lo han cambiado por los recursos y ventajas que les genera su alianza con el crimen organizado como son: los Comités de Defensa de la Revolución en Cuba y Venezuela, auténticos grupos represores de los ciudadanos libres; las FARCs. en Colombia, los cocaleros en Bolivia y los cárteles del crimen organizado en México.
En conclusión “no hay peor ciego que el que no quiere ver” y negar la existencia de una nueva y muy ingeniosa forma de manipulación comunista es “hacerle el caldo gordo” a los promotores de esta. Así que, si la sociedad no despierta y echamos de una vez por todas a esa corriente siniestra del poder en 2024, no quiero ni imaginar hasta donde llegará nuestro amado país en esta espiral descendente hacia el abismo en que nos ha metido MORENA. |